Por participar en una manifestación pacífica en rechazo a los altos niveles de inseguridad en San Joaquín, Carabobo, le quitaron la bolsa de alimentos CLAP al párroco del municipio, José Gregorio Lija, quien señaló que todo el que protesta resulta amedrentado por las autoridades locales.
El sacerdote explicó que junto a varios vecinos de la comunidad convocaron una protesta porque habían ocurrido muchos asesinatos y ya estaban cansados de la situación. Esa misma semana, “cuando todavía la famosa bolsa venía más seguido”, supo que no se la entregarían más.
“Yo no la usaba. La repartía entre las personas que siempre vienen a la iglesia a pedir comida”, aseveró el padre. “No me la quitaron a mí, se la quitaron a los pobres. Yo no la necesito, vivo solo y para mí tengo suficiente”.
Lija hizo referencia, además, a la crisis de los servicios públicos que en medio de la cuarentena por la pandemia de COVID-19 debe afrontar la población. Cuestionó que en medio de una emergencia las personas no tengan cómo movilizarse hasta algún centro de salud porque ni siquiera las ambulancias tienen gasolina.
A su juicio, se trata de un problema que desde hace muchos años se convirtió en insoportable. “No es posible que sigamos viviendo esta situación, mientras un grupito sí tiene gasolina y sí tiene agua (…) uno ve las gandolas y los camiones cisterna descargando agua en algunos sitios nada más”.
El párroco narró que, ante la aguda escasez de agua, en varias oportunidades ha tenido que suministrar a los vecinos tobos que logra llenar en el tanque de la parroquia, lo que no representa una solución real a la falta del servicio.
“Todos tienen derecho a tener agua en sus casas, en los chorros, eso siempre era así. Antes había agua limpia en los chorros que uno hasta tomaba, ahora no se puede”, agregó. /Con información de AlbertoNews