¿A cuánto podría bajar? Esta parece ser la perturbadora pregunta en las grandes agencias de pronósticos y a los analistas petroleros de todo el mundo, después que el barril West Texas Intermediate (WTI) estadounidense cayera por primera vez en su historia a precios negativos en un momento en que las reservas se acercan a la saturación debido a la caída de la demanda provocada por la crisis del coronavirus.
Causas
El petróleo WTI amplió su caída y cotizó a valores negativos, llegando a un piso de -38 dólares, ante el temor de que el mundo se está quedando rápidamente sin espacio para almacenar crudo después de que los recortes de producción acordados por la OPEP resultaran insuficientes para contrarrestar la caída de la demanda causada por los bloqueos y las restricciones de los viajes en todo el mundo.
“El mundo está usando cada vez menos y menos petróleo, y los productores ven cómo ello se refleja en los precios” afirma el analista Bjornar Tonhaugen, de Rystad Energy.
Además la crisis se agravó después de que Arabia Saudita, miembro de la OPEP, lanzara una guerra de precios con Rusia, que no es miembro de esta organización.
Los dos países pusieron punto final a la disputa a principios de este mes aceptando, junto con otros Estados, reducir la producción en casi 10 millones de barriles diarios para impulsar los mercados afectados por el virus.
Pero los precios siguieron cayendo. Los analistas estiman que los recortes no bastan para compensar la caída masiva de la demanda.
El desplome del contrato de mayo refleja preocupaciones sobre un nivel desorbitante de suministro entrando a los mercados, ya que los cargamentos procedentes de miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) como Arabia Saudita contratados en marzo se encaminan a causar una sobreabundancia.
“El problema real es que la caballería (los recortes de la OPEP y sus aliados) no llegará a tiempo para salvar su mercado petrolero. Esta podría ser una de las peores entregas de la historia. Nadie quiere o necesita crudo ahora mismo”, dijo Phil Flynn, de Price Futures Group en Chicago.
La Administración de Información Energética de Estados Unidos informó de que las reservas de petróleo subieron 19,25 millones de barriles la semana pasada.
Sukrit Vijayakar, analista de Trifecta Consultants, subraya que las refinerías estadounidenses no logran transformar el petróleo crudo lo suficientemente rápido, otra explicación del por qué haya menos compradores y reservas que aumentan.
Consecuencias: brecha con los precios del Brent e industria petrolera golpeada
Los precios de vencimiento próximo para el West Texas Intermediate, el referente de EEUU, se negocian a valores negativos frente a contratos con fecha posterior (junio a 20 dólares, noviembre a 32) por temor a que el centro de almacenamiento de Cushing, Oklahoma, se llene a su capacidad máxima.
Ello ha provocado un desligamiento de los precios de los futuros del Brent, de referencia en Europa, en Londres. Este lunes, este crudo cedía 6,5% hasta los 26,10 dólares el barril.
En este contexto los productores estadounidenses han tenido que comenzar a pagar a los clientes para que se lleven el petróleo.
“Los precios actuales muestran que (el impacto de) los recortes de la OPEP+ fueron temporales, con los precios del petróleo a merced del virus una vez más”, dijo Vandana Hari, fundadora de Vanda Insights en Singapur. “Mientras que no nos acerquemos a un levantamiento de las restricciones en EEUU, el petróleo podría bajar o mantenerse dentro de los niveles actuales”.
El colapso de los precios está repercutiendo en toda la industria del petróleo. Los exploradores de crudo cerraron el 13% de la flota de perforación de Estados Unidos la semana pasada debido a que la creciente saturación mundial de crudo provocó una drástica caída de los costos y cancelaciones de proyectos entre los perforadores.
“El recorte de la producción que hemos visto, o se supone que veremos venir, no es suficiente para cubrir los 25 millones a 30 millones de barriles de demanda diaria que la Covid-19 está destruyendo”, dijo David Lennox, analista de recursos de Fat Prophets en Sídney. “Tenemos que ver un pico de la Covid-19 a nivel mundial para tener una idea más clara de cuánta demanda se destruirá”.
Pronósticos sombríos
La Agencia Internacional de la Energía (AIE), la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la Administración de Información de Energía de Estados Unidos actualizaron sus pronósticos del mercado petrolero la semana pasada y su lectura es sombría. Recientemente, en febrero, los tres organismos proyectaban un aumento en el apetito mundial de petróleo de cerca de un millón de barriles por día este año. Ahora proyectan una caída en la demanda promedio anual que oscila entre 5 millones de barriles y más de 9 millones por día debido a la inmovilización de aviones, el estacionamiento de automóviles y la suspensión de grandes partes de las economías en gran parte del mundo.
La AIE es la más bajista de las tres agencias, por cierto margen. Sobre una base promedio anual, la AIE, con sede en París, ahora espera que la demanda mundial de petróleo sea 9,3 millones de barriles por día más baja este año que el año pasado. Eso equivale a perder todo el consumo de India y de toda África. La OPEP es un poco menos pesimista, con una caída anual de la demanda de 6,85 millones de barriles por día, mientras que la Administración de Información de Energía parece bien optimista, con una caída de 5,25 millones de barriles.
Ahora, si considera que las cifras promedio anuales son malas, las trimestrales son realmente horrorosas.
La AIE proyecta una pérdida de la demanda de petróleo en el trimestre actual que equivale al consumo total de EE.UU. y Canadá, o aproximadamente 23 millones de barriles por día.
Aun sin ser tan pesimismtas, la Administración de Información de Energía y la OPEP ven por su parte una caída mayor que todo el petróleo utilizado en Francia, Alemania, Italia, España, el Reino Unido y Japón.
Las tres agencias esperan que las cosas mejoren, o al menos no sean tan malas, en la segunda mitad del año, siendo la Administración de Información de Energía de EEUU notablemente la más optimista. Ese optimismo reflejaría las perspectivas de la administración Trump que parece decidida a suavizar el cierre a sus ciudadanos cuanto antes.
Esos datos optimistas se reflejan en la cotización de los futuros del barril de noviembre, cuyo precio es casi el triple que el actual, según muestra un análisis publicado este lunes en el Wall Street Journal. La apuesta es que la pandemia de coronavirus siga su curso y más adelante este año la demanda de petróleo, y por lo tanto su precio, se disparará. /Infobae