El resultado de la votación de los dos cargos de los que había sido acusado -abuso de poder y obstrucción al Congreso- difirió: el primero terminó con 52 en contra y 48 a favor, debido a que el republicano Mitt Romney votó por condenar al Presidente, lo mismo que todos los demócratas en el recinto. El segundo, en tanto, culminó con 53 votos en contra y 47 a favor.
Más de la mitad de los senadores (todos los demócratas y algunos republicanos) habían expresado su inquietud por los hechos que derivaron las acusaciones. Pero los oficialistas aseguraron que no ameritaba condenarlo. Por ello, el resultado estuvo lejos de los dos tercios necesarios -67 votos- para cumplir el estándar de la Constitución y remover al Presidente de su puesto.
De esta manera, la absolución culminó un proceso de casi cinco meses, que comenzó en los comités de Inteligencia y Judicial de la Cámara de Representantes -donde los demócratas, impulsores del juicio político, tienen mayoría- y terminó en el Senado, liderado por el republicano Mitch McConnell. Su desarrollo reflejó la implacable división partidista de la nación a tres años del inicio de la presidencia de Trump.
De hecho, inmediatamente después de que se conocieran los resultados, los líderes demócratas aseguraron que el resultado era ilegítimo y producto de una voluntad de encubrir los crímenes del presidente. Además, prometieron continuar con sus investigaciones contra el Presidente.
Minutos después de que la decisión se oficializara, Trump eligió expresarse a través de un video, publicado en su cuenta de Twitter. Las imágenes muestran una sucesión de carteles de campaña y sugieren un escenario en el que se perpetúa en el poder. Luego de pasar por miles de años, el cartel finaliza con la consigna “Trump para siempre”. También anticipó que realizará una declaración pública el jueves a las 12 PM (ET, 17 GMT). Play
La Casa Blanca también publicó un comunicado oficial, en el que aseguró que la decisión significaba “la completa reivindicación y absolución del Presidente”. “En lo que se ha convertido en una tradición para los demócratas, esto fue otro caso de caza de brujas que privó al Presidente de su debido proceso y estuvo basado en una serie de mentiras. El representante Adam Schiff (líder de los demócratas que actuaron como fiscales en el proceso) le mintió al Congreso y al pueblo de Estados Unidos y manufacturó declaraciones sobre la conversación telefónica del Presidente. ¿No habrá retribución?”, expresa un párrafo de la declaración.
Y concluye: “El presidente se complace de dejar atrás este último capítulo de una actitud vergonzosa de los demócratas y espera continuar con su trabajo en nombre de los estadounidenses en 2020 y más allá”.