El día de ayer miércoles, el régimen de Maduro preparó una nueva emboscada contra los diputados de la Asamblea Nacional liderada por Juan Guaidó que se dirigía hacia el parlamento para sesionar. Como viene sucediendo en las últimas semanas, retenes de la policía y de los grupos parapoliciales conocidos como “colectivos” impidieron la llegada de los legisladores.
Las fuerzas del régimen fueron aún más violentas que en pasadas acciones. Varios de ellos golpearon los vehículos en que se trasladaban con todo tipo de elementos contundentes y hasta dispararon armas de fuego, produciendo la rotura de cristales de algunos de los automóviles de la caravana.
Estos hechos de violencia imposibilitaron la llegada de los diputados a la Asamblea, quienes se desviaron hacia la sede del partido Acción Democrática donde se reunieron con Juan Guaidó y definieron realizar la sesión en el anfiteatro de El Hatillo.
La sesión, convocada originalmente para el día martes, había sido pospuesta para este miércoles por Guaidó para evitar los enfrentamientos con el chavismo, que ayer organizó marchas para acompañar el informe anual de Maduro ante el parlamento, que el dictador prefirió realizar ante la Asamblea Constituyente.
Diosdado Cabello, presidente de la Constituyente que funciona como una Legislatura paralela, había dicho que a partir de este miércoles iban a instalar las comisiones de la Asamblea Constituyente y trabajarán en los pasillos del Palacio. Esta decisión del dirigente chavista aumentó la tensión al máximo.
La Asamblea Nacional, dominada por la oposición, tenía previsto discutir desde las 10:30 local (14:30 GMT) dos temas: las “posibles acciones para la salida a la crisis en materia educativa a propósito del Día del Maestro” y un “debate sobre la crisis salarial y las consecuencias en el poder adquisitivo del venezolano ante la emergencia humanitaria compleja”, según consignaron en el Orden del Día.
Pero la dictadura hizo el llamado, a través de Cabello, con la clara intención de bloquear el ingreso al Palacio Legislativo a Guaidó y a los diputados opositores e imédir que sesionen.
Este nuevo pico de tensión en la larga crisis venezolana se produce luego de que el 5 de enero el régimen bloqueara la sesión de la Asamblea que iba a reelegir a Guaidó como su presidente, realizando una sesión sin quórum, solo con la presencia de la minoría de diputados chavistas y unos pocos opositores, que coronaron una nueva conducción en manos de Luis Parra.
Un centenar de legisladores opositores se tuvieron que reunir entonces en un auditorio para reelegir a Guaidó. Desde entonces, el chavismo trata de impedir las sesiones de la Asamblea liderada por Guaidó en la sede del Congreso. /Infobae