La victoria de Pezeshkian en las elecciones presidenciales iraníes de 2024 tiene el potencial de marcar un importante giro en las relaciones de Irán con Occidente. A diferencia de los liderazgos más conservadores y confrontacionales que han predominado en Irán en los últimos años, Pezeshkian se perfila como un político reformista y moderado, lo que abre la puerta a una posible reorientación de la política exterior iraní.
Uno de los aspectos más significativos del mandato de Pezeshkian podría ser un intento de reactivar las negociaciones sobre el acuerdo nuclear de 2015, conocido como el JCPOA. Durante su campaña, Pezeshkian hizo hincapié en la necesidad de levantar las sanciones económicas que han golpeado duramente a la economía iraní en los últimos años. Una reanudación de las conversaciones con los países occidentales, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, podría facilitar el levantamiento gradual de esas medidas punitivas y aliviar la situación económica en Irán.
Más allá de la cuestión nuclear, la presidencia de Pezeshkian también podría implicar un mayor énfasis en la diplomacia y el diálogo regional en lugar de la confrontación. Esto ayudaría a reducir las tensiones con los vecinos de Irán, como Arabia Saudita, y contribuiría a una mejora de la imagen de Irán en Occidente. Asimismo, es posible que Pezeshkian impulse algunas reformas internas que abran más espacio para la sociedad civil y las libertades individuales, lo que también repercutiría positivamente en las percepciones de Irán en el ámbito internacional.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el poder del presidente iraní está limitado por otras instituciones clave, como el Líder Supremo y el Consejo de Guardianes. Por lo tanto, el alcance y el ritmo de los cambios que pueda impulsar Pezeshkian dependerán en gran medida de cómo logre navegar este complejo entorno político.
Además, la presidencia de Pezeshkian podría tener implicaciones en la relación de Irán con el régimen de Maduro en Venezuela. Bajo los liderazgos conservadores previos, Irán ha sido un aliado clave del gobierno venezolano, a pesar de las sanciones internacionales. Una administración más moderada en Irán podría reconsiderar esta asociación y buscar un mayor acercamiento a la comunidad internacional, lo que eventualmente podría repercutir en las relaciones con Venezuela.
En resumen, la victoria de Pezeshkian en las elecciones iraníes abre la puerta a una posible reorientación de la política exterior y las relaciones internacionales de Irán. Si bien el alcance de los cambios está sujeto a diversas limitaciones institucionales, la presidencia de Pezeshkian representa una oportunidad para que Irán mejore sus vínculos con Occidente y redefina su papel en la geopolítica regional.
