Venezolanos abarrotaron un albergue improvisado en la capital panameña tras quedar varados por la nueva orden de Estados Unidos de expulsar a las personas de Venezuela que lleguen ilegalmente a su frontera.
Los migrantes, que atravesaron la peligrosa selva del Darién, frontera con Colombia, permanecen en una bodega habilitada como albergue donde son atendidos por autoridades de Panamá y Venezuela mientras esperan para regresar a su país por avión, pero deben conseguir un boleto que afirman cuesta 280 dólares.
“Ya que perdimos todo al haber pasado la selva estamos sin los pasajes, sin la economía (recursos) para tomar el vuelo que supuestamente es humanitario, pero nos están cobrando 280 dólares,” dijo Douglas Gálvez, quien viaja con su esposa y dos hijos menores.
Gálvez quiere volver a su país “para empezar de nuevo” y pidió apoyo a la comunidad internacional para costear los boletos.
Los migrantes descansan dentro del inmueble sobre colchones, otros prefieren deambular afuera del mismo. También llegan otros venezolanos radicados en Panamá para brindarles alimentos.
El viernes, la canciller panameña, Janaina Tewaney Mencomo, dijo que “pareciera que el flujo” de migrantes por el Darién “esta bajando” luego de la medida implementada el pasado 13 de octubre por Estados Unidos para frenar la migración ilegal de venezolanos.