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China se reunieron para su primera cumbre en dos años con Bruselas presionando a Beijing para que garantice que no suministrará armas a Rusia
Los líderes de la Unión Europea y China se reunieron para su primera cumbre en dos años con Bruselas presionando a Beijing para que garantice que no suministrará armas a Rusia ni ayudará a Moscú a eludir las sanciones occidentales impuestas por su invasión a gran escala de Ucrania .
En un lenguaje inusualmente abierto, los funcionarios de la UE cercanos a los preparativos de la cumbre del viernes dijeron que cualquier ayuda brindada a Rusia dañaría la reputación internacional de China y pondría en peligro las relaciones con sus principales socios comerciales: Europa y Estados Unidos. Los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, Ursula von der Leyen y Charles Michel, junto con el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, iniciaron conversaciones virtuales con el primer ministro chino, Li Keqiang. Debían hablar más tarde el viernes con el presidente Xi Jinping.
‘La pregunta del millón’
Un funcionario de la UE dijo el viernes que la postura de China hacia Rusia era la “pregunta del millón de dólares”. Otro señaló que más de una cuarta parte del comercio mundial de China fue con el bloque y Estados Unidos el año pasado, frente a solo el 2,4 por ciento con Rusia.
“¿Prolongamos esta guerra o trabajamos juntos para terminar esta guerra? Esa es la pregunta esencial para la cumbre”, dijo el funcionario.
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, reiteró el llamado de China a las conversaciones de paz esta semana y agregó que se deben tener en cuenta las preocupaciones legítimas de todas las partes. Wang Yiwei, experto en Europa de la Universidad Renmin de Beijing, dijo que tanto China como la UE querían que terminara la guerra.
“Me imagino que China querría usar esta cumbre para discutir con la UE cómo crear las condiciones aceptables para Putin para que baje de su posición actual”, dijo.
A China le preocupa que los países europeos estén siguiendo pautas de política exterior más duras de Estados Unidos y ha pedido a la UE que “excluya la interferencia externa” de sus relaciones con China. Las relaciones ya estaban tensas antes de la guerra de Ucrania.
Rival sistémico
La UE cambió abruptamente en 2019 de un lenguaje diplomático suave para llamar a China un rival sistémico, pero lo ve como un socio potencial en la lucha contra el cambio climático y la pandemia. Bruselas y Beijing concluyeron un acuerdo de inversión a fines de 2020, diseñado para resolver algunas preocupaciones de la UE sobre el acceso recíproco al mercado.
Sin embargo, ahora está en suspenso después de que las sanciones de Bruselas contra funcionarios chinos por supuestos abusos contra los derechos humanos en la región de Xinjiang llevaron a Beijing a incluir en la lista negra a personas y entidades de la UE.
Desde entonces, China también suspendió las importaciones de Lituania después de que la nación báltica de la UE permitiera a Taiwán abrir una embajada de facto en su capital, lo que enfureció a Beijing, que considera a la isla gobernada democráticamente como su propio territorio.
Socios comerciales
Los números lo dicen todo. El 13,7% del volumen comercial total de China es con la UE, frente al 12,5% con Estados Unidos y el 2,4% con Rusia. “¿Quieren poner en riesgo esta fuerte posición económica y las relaciones comerciales?, ¿Quieren poner en riesgo la estabilidad y las perspectivas de crecimiento de la economía mundial y las de su propio país? Ya estamos viendo los efectos de la guerra en la economía mundial. El impacto no lo provocan las sanciones, sino la guerra. Los precios de la energía siguen subiendo, también de los alimentos y los fertilizantes ¿Prolongamos (todo esto) o trabajamos juntos para acabar con esta guerra? Esa es la pregunta esencial para la cumbre”, resume un alto cargo de las instituciones europeas.
“El presidente Xi Jinping quiere ser reelegido en el Congreso de octubre con la promesa de estabilidad, crecimiento y nuevas oportunidades para la sociedad que ya ha disfrutado de décadas de estabilidad con la promesa permanente de que será mejor que para la generación precedente. ¿Quiere poner en riesgo todo esto?. No lo creemos y China tiene que darse cuenta de que todo esto tiene mucho que ver con nuestra responsabilidad común con el sistema global”, añade otro diplomático.
Aunque en Bruselas no disponen de evidencias de que Pekín esté suministrando armas a Rusia o ayudándole a esquivar las sanciones occidentales, ni consideran útil especular sobre esta posibilidad, sí creen que hay “margen” para “exponer los argumentos diplomáticos de que no creemos que sea en interés de China eludir las sanciones o comenzar a entregar equipo militar”, insisten desde la capital comunitaria. En primer lugar porque también sufriría un daño reputacional importante -hay también empresas chinas que han optado por estar presentes en Rusia, aseguran- y en segundo porque Pekín dejaría de ser “neutral”. Desde el Parlamento Europeo, no obstante, recuerdan que de producirse el apoyo de Pekín a Moscú este giro debería tener “consecuencias”.