Los Juegos de Beijing-2022, al ritmo de los temores propios del covid, con todos los participantes dentro de una burbuja olímpica, con tensiones debido al boicot diplomático de algunos países, que reprochan a China lagunas en el campo de los derechos humanos, concluyeron este domingo con su ceremonia de clausura, donde se pasó el testigo a Milán-Cortina D’Ampezzo-2026 después de la última decepción de la esquiadora estadunidense Mikaela Shiffrin, llamada a ser una de las estrellas, y que no lo fue.
Como quiere la tradición, el presidente del COI, el alemán Thomas Bach, declaró “clausurados” los Juegos, en su 24 edición, con un discurso de paz, antes de que la llama se apagara en la capital china.
Fue una última jornada en que Shiffrin, aspirante a llevarse varias medallas de Beijing 2022 se irá sin ninguna. En su sexta prueba en estos Juegos Olímpicos de Invierno, en el cierre del evento este domingo, solo pudo terminar en cuarta posición en la prueba de equipos mixtos.
La esquiadora norteamericana, de 26 años, que en las cinco pruebas individuales en que participó tuvo tres eliminaciones, un noveno puesto en supergigante y un decimoctavo en descenso, cayó con su equipo, en su sexta y última ocasión de medalla, en semifinales contra Alemania y en la lucha por el bronce con Noruega.
Despedida sin decepción Shiffrin, que había afirmado tras su tercera eliminación, por salirse del recorrido en la combinada, que se sentía ridícula, trató de ser positiva en su despedida de los Juegos.
“No estoy decepcionada. He tenido muchos momentos de decepción en estos Juegos. Hoy no es uno de ellos. Hoy es mi recuerdo favorito”, señaló la esquiadora norteamericana.
“Era la mejor manera posible que podía imaginar para terminar los Juegos, esquiando con tan buenos compañeros”, concluyó la estadounidense. Shiffrin no había sido eliminada en ninguna prueba en sus dos participaciones olímpicas anteriores (2014 y 2018) y ahora lo hizo por partida triple.
En Beijing 2022 no pudo aumentar su palmarés de tres preseas olímpicas, con dos medallas de oro (eslalon en 2014, gigante en 2018) y una plata (combinada en 2018).
Austria acabaría logrando el oro al vencer a Alemania en la final (2-2), imponiéndose en la comparación por tiempos. Con un tercer podio y un segundo título, el austríaco Johannes Strolz (oro en la combinada, segundo en eslalon) terminó como el esquiador alpino con más medallas en los Juegos.
La decepción de Shiffrin y las lágrimas de la rusa Kamila Valieva, tras fallar estrepitosamente el jueves en el programa libre de patinaje artístico, quedarán en los anales de la historia de los Juegos Olímpicos de Invierno como dos de los momentos fuertes.
La rusa no pudo controlar los nervios, la presión y el estrés, tras ser el centro de un caso positivo de dopaje y que el TAS la dejara competir. Varias caídas o tropezones en su prueba del jueves hicieron que terminara en el cuarto puesto cuando parecía hecha su victoria y su recorrido acabó entre sollozos.
En el lado opuesto está la china Eileen Gu, de 18 años, nacida en Estados Unidos, estrella mediática en el país de su madre, al que ha optado deportivamente por defender, se llevó tres medallas en esquí acrobático, oros en big air y half-pipe y plata en slopestyle.
El público invitado por los responsables era menor que los 100.000 espectadores anunciados, frente al millón de hace cuatro años en Pyeongchang.
La burbuja sanitaria estropeó un poco la fiesta, con test cotidianos para todos sus moradores y restricciones de desplazamiento. Pero al final la política de cero Covid de los organizadores funcionó.
Algunos deportistas afectados por el Covid tuvieron que renunciar, pero los 60.000 test diarios (más de 1,8 millones en total), mantuvieron la pandemia alejada, con solo tres casos positivos en los diez últimos días.
La quincena había comenzado con polémicas sobre los derechos humanos, sobre todo con respecto a la comunidad uigur, y boicots diplomáticos como los de Estados Unidos y Reino Unido o la ausencia de nieve natural, utilizando artificial en los sitios de esquí.