Primer ministro y jefe de Gobierno de Emmanuel Macron, ha anunciado este jueves el fin de algunas restricciones, como la reapertura de discotecas, el fin del teletrabajo obligatorio, el fin de uso obligado de mascarillas en la calle, el fin de aforos en establecimientos culturales y deportivos, siempre que se presente el pasaporte de vacunación, que entrará en vigor el lunes, si el Tribunal Constitucional no tiene inconveniente jurídico/institucional.
Tras la reunión del Consejo de seguridad sanitaria, en el Elíseo, presidido por el presidente Macron, Castex hizo públicas sus conclusiones a última hora de la tarde del jueves: el «fin» escalonado de las restricciones estará íntimamente asociado al pasaporte de vacunación, aprobado por la Asamblea Nacional el domingo día 16.
Ese pasaporte será exigido para poder entrar en bares, restaurantes, cines, teatros, centros culturales, etcétera. Y estará vigor, siempre, hasta que el gobierno francés observe una evolución muy positiva de la pandemia, en fecha imprevisible.
En vigor el pasaporte de vacunación, desde el lunes que viene, si el Tribunal Constitucional lo considera jurídicamente válido, el gobierno francés anuncia un tímido y calculado calendario del fin relativo y parcial de las restricciones.
A partir del 2 de febrero próximo entrarán en vigor estas medidas: desaparecerán los aforos que limitaban la celebración de acontecimientos; no será obligatorio el uso de mascarillas en los exteriores; el teletrabajo dejará de ser obligatorio tres días a la semana.
A partir del 16 de febrero entrarán en vigor estas medidas: podrán reabrir las discotecas y clubs nocturnos; volverá a ser libre el consumo, en pie, en la barra de bares y restaurantes.
Desde la óptica gubernamental francesa, la vacunación y el pasaporte de vacunación son las piezas capitales de la lucha nacional contra la epidemia del Covid-19.
Entre el 90 y el 93% de los franceses están parcialmente vacunados. Pero el movimiento antivacunación continúa haciendo estragos, en la calle, en la vida diaria y en el sistema hospitalario. Emmanuel Macron «explicó» la importancia del pasaporte de vacunación para la sanidad nacional, con esta frase muy popular: «Tengo ganas de fastidiar o joder a los anti vacunas». El pasaporte de vacunación ha sido concebido para «obligar» a los anti vacunas.
Imponiendo y exigiendo el certificado de vacunación, el gobierno de Emmanuel Macron espera poder combatir la epidemia y levantar algunas restricciones. «El pasaporte sanitario de vacunación se aplicará y exigirá todo el tiempo que sea necesario» advirtió Jean Castex la tarde / noche del jueves.
El primer ministro francés estima que la ola Ómicron está «dando signos de perder fuerza», pero se negó a hacer ninguna declaración llamativamente optimista. Desde la óptica gubernamental francesa es imprescindible continuando la misma política de vacunación, controles y medidas de prudencia básicas.