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Desde 1856 cada 14 de enero, es llevada en majestuosa procesión, desde la iglesia de Santa Rosa ubicada a ocho kilómetros de Barquisimeto, la bendita imagen de la Divina Pastora, Patrona de la “Ciudad Crepuscular” y de los larenses.
A causa de la Pandemia, se limitaron las majestuosas actividades previstas para esta festividad religiosas.
Este año, para la visita número ciento sesenta y seis a Barquisimeto, será movilizada en el «Pastora Móvil »
En años anteriores, cuando se cumplían las actividades programadas por las autorirades eclesiásticas larenses, recordamos la emotiva participacion de la grey.
La preciosa imagen recibe extraordinaria vestimenta, donada anualmente por diferentes instituciones.
Este año el vestido ha sido donado por la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado.
Con la primera parada en la Santa Iglesia Catedral, visitaba más de sesenta templos ubicados en la capital del estado.
Periplo que se extiende hasta el domingo de Ramos antes de la Semana Santa, fecha de regreso a Santa Rosa del Cerrito.
Verdadero y multitudinario acto de fe, donde se muestra la devoción del pueblo por su “pastorita”.
El milagro de la erradicación del cólera
En 1835 el presbítero José Macario Yépez fue designado Vicario Foráneo de Barquisimeto. Dos años después fue nombrado Cura Interino de la iglesia Inmaculada Concepción, y al poco tiempo pasó a ser el párroco responsable del acontecer eclesiástico de toda la parroquia. Fue un vicario que además del ejercicio dinámico de sus funciones tuvo una dilatada y conocida trayectoria pública, por lo que supo ganarse el respeto y el aprecio de todos los estratos sociales de la colectividad barquisimetana.
En 1855 llegó a Barquisimeto la epidemia de cólera que azotaba el país. Como el contagio y el número de fallecidos aumentaba cada día, el padre Yépez decidió enfrentarla convocando el 14 de enero de 1856 a una rogativa en el sitio de Tierritas Blancas, donde habían colocado días antes, para la protección de los pobladores, una Cruz Salvadora. Impartió instrucciones para que se hicieran las gestiones necesarias, con el fin de traer al sitio la imagen de la Divina Pastora desde Santa Rosa y la del Nazareno desde la iglesia de la Concepción. Buscaba realzar la rogativa, promoviendo el encuentro de ambas imágenes ante la Cruz Salvadora. El Nazareno llegó primero y la gente, de rodillas, esperó pacientemente la llegada de la Divina Pastora. El padre Yépez, acompañado del presbítero José María Raldiriz, su amigo y colaborador más inmediato, presidió la ceremonia mientras los feligreses oraban, implorando el cese de la epidemia. Dicen que a partir de ese día la epidemia comenzó a perder su intensidad y hubo menos víctimas. Culminó la ceremonia ante la Cruz Salvadora y la imagen sagrada no regresó a su iglesia, sino que fue llevada a la iglesia Concepción, donde fue recibida por el Padre Yépez, quien había ofrecido dar una plática para concluir a lo grande la rogativa. Sus palabras resonaban en la iglesia, suplicando la ayuda celestial y exhortando a los fieles a que acudiesen confiadamente ante la Divina Pastora para implorar su amparo y protección, cuando de repente, en mitad de su discurso, el sacerdote cayó de rodillas ante la imagen de la Divina Pastora y con los brazos en cruz, ofreció su vida para que la epidemia tocara su fin, exclamando: “Virgen Santísima, Divina Pastora, en aras de la Justicia Divina, por el bien y salvación de este pueblo te ofrezco mi vida. Madre mía, Divina Pastora, por los dolores que experimentó tu divino corazón, cuando recibiste en tus brazos a tu Santísimo Hijo en la bajada de la Cruz, te suplico Madre Mía, que salves a este pueblo, ¡Que sea yo la última víctima del cólera”
La epidemia efectivamente terminó gracias a la intercesión milagrosa de la Divina Pastora, y el padre Yépez, al morir el 16 de junio de 1856, se convirtió en la última víctima de esa ola de cólera. Fue así como quedó determinado que José Macario Yépez ofreció su vida el 14 de enero de 1856, en un sacrificio pleno de bondad y entrega, para salvar la ciudad de la epidemia de cólera. Esa es la tradición que ha perdurado hasta el presente, grabada en la memoria colectiva de los barquisimetanos.
Testimonios de sus milagros
Sucesos como el del terremoto del 26 de marzo de 1812 y la erradicación de la peste del cólera en el año 1856, ciertamente marcan los milagros históricos de la Divina Pastora. Sin embargo, la gran cantidad de feligreses que asisten todos los años a visitarla demuestra cada una de obras que le son atribuidas y que su difusión es hecha en menor escala.
Obras tan relevantes como una sanación hasta un simple acompañamiento espiritual son inmensamente agradecidos por sus devotos. El amor por esta advocación de la Virgen llega a tal punto que la celebran desde cualquier lugar del mundo en donde se encuentren grupos de venezolanos organizados.
Atentados contra su devoción
El 26 de mayo de 2011, un grupo desconocido de vándalos destrozaron parte del monumento de la Divina Pastora, ubicado en el distribuidor Santa Rosa en el estado Lara. Las cabezas de las ovejas fueron decapitadas y el rostro de la Virgen recibió un impacto de bala.
Otra de las imágenes atacadas con manchones de pintura, fue un mural ubicado en la plaza Macario Yépez, al final de la carrera 19 con inicio de la avenida Lara.
Además de otra imagen en la Plaza de la Basílica Menor de Nuestra Señora de Coromoto en la Av. Libertador, también fue totalmente destruida.
Murales en el distribuidor del Obelisco también fueron teñidos con pintura roja.
Por otra parte imágenes de Nuestra Señora de Coromoto como Nuestra Señora del Rosario, y el Beato José Gregorio Hernández en los estados Yaracuy y Portuguesa también recibieron atentados vandálicos.
El 14 de marzo de 2015 fue robada la corona de la Divina Pastora. El hecho ocurrió cuando ingresaron al museo y rompieron uno de los vidrios que protege los objetos de la virgen, entre los que se encontraba la corona Otro hecho más reciente.
Una escultura de la imagen de la Divina Pastora, colocada para el pasado 14 de enero de 2016 en la avenida Lara, tramo del llamado «Paseo de la Devoción», fue quemada durante horas de la madrugada. Unos antisociales responsables de este hecho, calcinaron la venerada imagen alrededor de las 12:10 de la medianoche.