Valentino, un niño argentino de 10 años, falleció por coronavirus el viernes, poco después de que ocurriera lo mismo con su madre y su abuela
El COVID-19 nos ha dejado sobrecogedoras historias sobre familias devastadas por la enfermedad. Este fin de semana conocíamos la muerte de Valentino, un niño de 10 años que murió por culpa del coronavirus en la ciudad de Santa Fe (Argentina). El trágico acontecimiento es aún más triste de lo que parece, pues la madre y la abuela del menor murieron unos días antes, también como consecuencia del virus.
La ciudad de Rosario, en la que vivían, está conmocionada por la muerte de los tres miembros de la familia con apenas unas semanas de diferencia. Primero murió la abuela de Valentino a finales de mayo, a los dos días su madre, de 32 años, y, por último, falleció él en el Sanatorio Parque de Rosario, donde había sido internado por un cuadro grave de COVID-19. “No tenemos consuelo”, lamentó un familiar del niño, que fue enterrado el sábado en la localidad de Timbúes, de donde era oriundo.
La de Valentino no es la única catástrofe familiar que ha sacudido la provincia de Santa Fe este mes
Un padre, una madre y una hija de una misma familia murieron en apenas dos semanas en Capitán Bermúdez. Los tres fallecidos de la familia Mingorance eran docentes y muy conocidos en la ciudad.
Paola, de 36 años, perdió la vida como consecuencia de la COVID-19 el 31 de mayo, mientras sus progenitores, Mario y Patricia Graragnolo, de 57 años, permanecían ya en estado grave a causa de la misma enfermedad. Patricia murió una semana después que su hija y Mario falleció el lunes pasado.