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Este miércoles, Isabel II hizo una llamada de última hora para cancelar un viaje a Irlanda del Norte para conmemorar los 100 años de la partición de la isla de Irlanda.
El palacio actuó rápidamente para calmar nuestras preocupaciones sobre la salud de la monarca. Los temores se disiparon inmediatamente cuando una fuente cercana al palacio dijo a CNN que estaba de “buen humor” y nos señaló las imágenes del día anterior, cuando la reina ofreció una recepción a líderes empresariales, entre ellos Bill Gates, en Windsor.
Sin embargo, el jueves por la noche el diario sensacionalista británico The Sun informó que había pasado la noche en el hospital y el palacio se vio obligado a confirmar que era cierto.
Siguiendo el consejo médico de descansar unos días, la reina asistió al hospital el miércoles por la tarde para algunos exámenes preliminares, regresando al Castillo de Windsor a la hora del almuerzo de hoy, y permanece con buen ánimo, dijo un portavoz del palacio en un comunicado.
Una fuente del palacio de Buckingham dijo a CNN que la estancia de una noche fue por razones prácticas y no se anunció en ese momento ya que la monarca tiene derecho a la privacidad médica. El jueves por la tarde ya estaba de vuelta en su despacho realizando tareas ligeras, nos dijeron. Y el viernes por la mañana una fuente informó que la reina seguía descansando en Windsor.
La reina Isabel II descansa tras regresar a Windsor luego de pasar una noche en el hospital
El palacio está tratando de gestionar la información que publica, para evitar que la gente se preocupe demasiado, pero algunos pueden preguntarse si se les está diciendo toda la verdad.
Otra cuestión que muchos se plantean es si la monarca, de 95 años, se está excediendo en el trabajo, con todos los compromisos y obligaciones públicas que cumple.
No hay duda de que la reina sigue dedicándose absolutamente a su trabajo, pero también se nos ha recordado su implacable enfoque de sus obligaciones a pesar de su avanzada edad. A principios de esta semana, rechazó el honor de ser nombrada “Anciana del Año” por una revista británica, diciendo que no cumplía “los criterios pertinentes”. Rechazó “educada pero firmemente” el premio a través de su secretario privado adjunto con “los mejores deseos”.
“Su majestad cree que uno es tan mayor como se sienta, como tal la reina no cree que cumpla con los criterios relevantes para poder aceptar, y espera que encuentre un destinatario más digno”, dijo Tom Laing-Baker en una carta.
Y justo la semana pasada destacamos la decisión de la reina de usar un bastón en público por primera vez “por comodidad”.
La reina Isabel usa un bastón en un gran evento
Siguiendo los movimientos desde su regreso de Escocia, donde tradicionalmente pasa los veranos, la reina asistió a la apertura del parlamento escocés el 2 de octubre antes de dirigirse al sur, a Windsor. En las últimas dos semanas, ha asistido a diversos compromisos e investiduras allí y en Londres, además de dirigirse a Cardiff para participar en la ceremonia de apertura del parlamento galés. Todo ello ilustra que la reina no parece disminuir el ritmo de sus responsabilidades ceremoniales, incluso a sus 95 años.
Isabel ya no realiza giras de larga duración en el extranjero y ha cedido algunas responsabilidades a otros miembros de la familia, pero sigue viajando mucho por el Reino Unido. Según nuestra estimación más conservadora, la reina ha recorrido más de 1.000 kilómetros entre el 1 y el 19 de octubre. Eso es mucho para cualquier persona mayor.
Veamos también el comunicado inicial de palacio sobre la decisión de no viajar a Irlanda del Norte, con una redacción bastante reveladora.
Decía que la reina había “aceptado a regañadientes” el consejo médico de descansar unos días. En otras palabras, quería continuar, pero el médico real le ordenó que se quede en casa.
En realidad, la reina ha reducido sus compromisos para centrarse en sus principales obligaciones constitucionales como jefa de Estado, como la apertura de los parlamentos y las audiencias con el primer ministro y los nuevos embajadores en el Reino Unido.
Si mantuviera la corona pero empezara a ceder la parte ceremonial del trabajo a su hijo el príncipe Carlos, empezaría a parecer una regencia. Y la reina nunca ha sugerido que vaya a abdicar. A los 20 años se comprometió a servir durante toda su vida y lo ha reiterado en cada celebración del jubileo.
En sus años dorados, es posible que llegue un momento en el que sea físicamente incapaz de acudir en persona en todos los eventos a los que considere que debe asistir. El tiempo dirá cómo decide gestionar su apretada agenda. Este podría ser el comienzo de una nueva fase de prueba para Isabel, sobre la que podría estar reflexionando mientras se refugia involuntariamente en el Castillo de Windsor durante los próximos días.