La Arquidiócesis de Caracas notificó este jueves 23 de septiembre el fallecimiento del cardenal Urosa Savino, quien desde el pasado 12 de septiembre ingresó a la unidad de cuidados intensivos por covid-19.
El cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo emérito de Caracas y uno de los prelados más influyentes de la Iglesia de Venezuela, murió este jueves a los 79 años tras varios días ingresado en en terapia intensiva por complicaciones relacionadas con la covid-19.
La Arquidiócesis de Caracas notificó este jueves 23 de septiembre el fallecimiento del cardenal Urosa Savino, quien desde el pasado 12 de septiembre ingresó a la unidad de cuidados intensivos de la Policlínica Metropolitana con un cuadro complicado de COVID-19.
“El cardenal Baltazar Porras, Obispos Auxiliares de Caracas y el clero venezolano comunican el sensible fallecimiento del Eminentísimo Cardenal Jorge Urosa Savino este jueves 23 de septiembre de 2021 en Caracas. Enviamos nuestras condolencias a familiares y amigos. Paz a su alma”, indica un comunicado de la Iglesia.
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) informó durante la tarde del viernes 27 de agosto que el cardenal Jorge Liberato Urosa Savino fue hospitalizado tras presentar sus primeros síntomas asociados al COVID-19.
Según la información oficial, el estado de salud del alto jerarca católico era estable y estaba recibiendo el debido tratamiento.
El cardenal Urosa, nacido en Caracas el 28 de agosto de 1942, actualmente tenía 79 años de edad y en ese momento su hospitalización había sido por “prevención”.
Desde esa fecha, las autoridades de la Iglesia católica habían emitido partes sobre el estado de salud del alto prelado venezolano, que se había complicado con el correr de los días hasta que el día 12 de septiembre fue ingresado a la UCI e intubado.
La Arquidiócesis de Caracas publicó este domingo 12 de septiembre una carta escrita por el cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo emérito de Caracas, con fecha del 28 de agosto, justo antes de ingresar a terapia.
Incluso, el cardenal había solicitado le fuese aplicados los últimos sacramentos, incluyendo la unción de los enfermos, signo de que esperaba su encuentro con el Dios de su fe.
En esa misiva se dirigió a todo el pueblo y afirmó que su trabajo por Venezuela siempre estuvo guiado por un inmenso amor, sin ningún tipo de exclusión.
“En este momento ante la eventualidad de tener que pasar a terapia intensiva por un agravamiento de mi situación, he querido recibir los santos sacramentos, y al mismo tiempo hacer una breve declaración de amor a Dios y amor a la Iglesia, y de amor al pueblo de Venezuela”, expresó.