Autoridades de pequeñas comunas fronterizas del norte de Chile exigen la intervención urgente del Gobierno por encontrarse “saturadas” sus condiciones. Denuncian desabastecimiento, tomas de viviendas para refugio de los indocumentados y nulo control de las policías.
Con un control mayor sobre la frontera con Perú en Arica, los migrantes se han lanzado a intentar el ingreso por zonas menos custodiadas desde Bolivia. Y así, trasladaron la tensión a pueblos muy pequeños que no tienen ninguna capacidad para contenerlos.
Niños y niñas cruzando la frontera a Chile junto a sus familias en el desierto, verdaderas bandas de “pasadores” ilegales y colapso de las principales ciudades del norte marcan el escenario migratorio en las últimas horas.
“Nos demoramos como siete horas en pasar. Los pies no dan más, hermano”. Jahir es un venezolano que permanece en la plaza central de la comuna de Pozo Almonte, localidad ubicada al interior de Iquique en la región de Tarapacá. Cuenta que los más jóvenes que realizan el trayecto a través del paso Desaguadero desde Bolivia hasta la frontera con Chile pueden completarlo en las mismas horas que él lo hizo. Sin embargo, hay quienes deben redoblar sus esfuerzos para alcanzar a llegar a Colchane, la primera localidad chilena desde el país altiplánico. “Vienen personas mayores, mujeres, familias completas con niños hermano. Esto es una aventura muy desgraciada. Hay muchos que se tienen que devolver porque no pueden. Otros se quedan en el camino”, declara.
Su planteo está acompañado de emoción. No es fácil, indica, ver cómo sus hermanos sufren. “No es casualidad que seamos tantos los que necesitamos salir de nuestra nación. No podemos seguir así. Los que venimos ahora cruzando las fronteras, de Perú, de Bolivia para llegar hasta Chile somos los que aguantamos hasta el final. Imaginando un cambio, pero no. Eso allá está peor que acá”, agrega.
Lo cierto es que su llegada, al igual que la de otros miles de sus compatriotas no ha estado exenta de dificultades. Las autoridades de Chile han hecho ver su preocupación por el alto flujo de migrantes que arriba a este país, aludiendo razones políticas.
El paso Desaguadero es hoy el más utilizado para llegar a Chile. Este los deja en el pequeño pueblo de Colchane en la región de Tarapacá. Una localidad montañosa ubicada a 3 mil metros de altura y con apenas 1.600 habitantes. Su clima es extremo, altas temperaturas en el día y muy bajas en horas de la noche, por tratarse de zona cordillerana y desértica.
Los que se han atrevido a realizar este trayecto advierten que no se aconseja el uso de celulares, en todo momento deben guardar silencio y los niños deben siempre permanecer muy cerca de sus padres. Un paso en falso podría significar llamar la atención de la policía o personal militar. Los que dirigen el trayecto, con la ruta y las “estaciones” son los denominados “coyotes” o “pasadores” que cobran a los interesados en cruzar la frontera para guiarles por el camino entre 200 a 500 dólares por familia. Algunos cobran mucho más cuando hay niños.
Según el último informe del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), publicado en diciembre pasado: “En los tres primeros trimestres de 2020 los ingresos por pasos no habilitados totales ascendieron a 6.765 y el 72% de ellos (4.226) corresponde a personas venezolanas”, describe. En este contexto, y en conversación con Infobae, el alcalde de Colchane, Javier García, advierte que “diariamente ingresan y se autodenuncian unos 150 inmigrantes”. Este número incluye a las personas registradas, y se ignora el total de quienes prefieren otras vías de acceso no habilitado. Un registro que es imposible de tener pues “el control de los pasos no habilitados es nulo”, agrega.
Pero en los últimos días se ha producido un alza de ingresos. La autoridad comunal asegura que el domingo pasado “tuvimos mil inmigrantes”, y que este martes 2 de febrero se registraron 1.600 personas, y de ellos, 500 fueron trasladados a Iquique, la ciudad capital regional, en un total de nueve buses.
Según la opinión del alcalde, “los inmigrantes ingresan al país sin ningún control. La inclusión de personal militar en la frontera sólo ha perjudicado la vida normal de los pobladores”. Por lo anterior es que durante este martes el alcalde exigió la renuncia del Intendente de la Región de Tarapacá, Miguel Ángel Quezada, quien está de vacaciones legales a partir de este lunes.
Invasión a casas y poca fiscalización
El problema de la escasa fiscalización, según denuncia el alcalde, ha incidido en otro problema que durante los últimos días ha tomado ribetes violentos. Algunos de los recién llegados, advierte, deciden tomar las casas deshabitadas de la comunidad para tener donde dormir. “Estas personas ingresan de manera violenta, se están tomando las casas”. Lo anterior es confirmado por Camilo Mamani García, poblador de la zona, quien declara: ”ellos nos están haciendo un daño, debido a que ingresan, abren las casas y ya no se puede dormir tranquilo”, relata.
Celinda Choque, otra habitante de la zona, de la localidad de Cotasaya, cuenta que esta situación los tiene agotados. Según relata, el personal militar dificulta el traslado de los pobladores: “No podemos ir a comprar la comida para la sobrevivencia. ¿En qué está el presidente Piñera?, ¿qué es lo que está haciendo?”, reclama.
El ingreso ilegal a hogares y territorios particulares es solo una parte. Desde la zona también se habla de una toma recurrente de los caminos y el levantamiento de barricadas para así obligar a los camioneros bolivianos a detenerse y transportar a inmigrantes de manera forzosa. “Si esto ocurriese en el barrio alto de la capital, por cierto, que los medios de comunicación estarían al tanto y se tomarían las medidas correspondientes”, asegura el alcalde de Colchane.
El drama de los niños
Algo que causa preocupación entre las autoridades de la zona es la alta presencia de niños entre los inmigrantes que cruzan la frontera. Según cifras entregadas por Carabineros, debido a la crisis migratoria en el norte de Chile, el 2020 ingresaron 2.359 niños, niñas y adolescentes. Por lo anterior, el Tribunal de Familia de la ciudad de Iquique, anunció que “se han ingresado como medidas de protección 173 cautelares y 15 de ellas han sido por menores no acompañados, quienes han sido ya reunificados con sus progenitores en nuestro país”.
Para el alcalde de Colchane, el drama no ha sido atendido por las organizaciones que debieran reaccionar a esta grave crisis humanitaria. “Muchas veces estos niños vienen con enfermedades. Hemos tenido a niños con cáncer, niños en sillas de ruedas. Ayer tuvimos a un niño con epilepsia”, advierte. Todas situaciones calificadas por el edil como “gravísimas”. Además, hizo un enfático llamado a los organismos internacionales correspondientes para que actúen. “Nosotros no somos la entidad indicada para prestar asistencia a inmigrantes porque se han destinado todos los recursos”, declaró.
Colapso en las ciudades
El drama humanitario y social no solo afecta a los poblados fronterizos, ya que cuando la autoridad regional dispone el traslado de los inmigrantes desde las localidades del altiplano, estos deben cumplir cuarentena en residencias sanitarias, una regla del Ministerio de Salud (MINSAL) para evitar contagios en pandemia. Las ciudades de destino son Iquique, Antofagasta y Tocopilla especialmente. Sin embargo, este proceso ha tenido inconvenientes. Por ejemplo, Iquique está ubicado a 237 kilómetros de distancia de Colchane, la ciudad fronteriza. En noviembre pasado se registraron 4 mil ingresos ilegales con destino a esta localidad, lo que ha provocado una saturación tal que ya no hay espacio para recibir a nadie. Por lo mismo, plazas y playas hoy se ven repletas de carpas que albergan a los recién llegados.
Según el último informe del MINSAL, hasta este martes, Iquique suma 21.631 casos confirmados de COVID-19 y 357 fallecidos en total, cifras que la transforman en una de las ciudades más afectadas por el coronavirus. Por lo anterior se dispuso una estricta cuarenta. Hasta aquí llegan los inmigrantes en buses y son trasladados a colegios para cumplir con las medidas obligatorias, pero ya no hay más espacio indican las autoridades. El alcalde iquiqueño, Mauricio Soria, avisa que muchos de los inmigrantes que han sido diagnosticados como “positivo”, se han escapado de las residencias por la falta de control. El mismo jefe comunal, presentó el 28 de enero pasado un recurso judicial contra el presidente Sebastián Piñera, el canciller Andrés Allamand y otras autoridades nacionales y locales responsabilizándolos del “descontrol fronterizo y la consecuente grave crisis humanitaria”, describió.
Otra de las autoridades que llegó a la zona fue el Gobernador (S) del Tamarugal, Fernando Chiffelle. En el Complejo Fronterizo integrado de Colchane, anunció que se dispuso de nueve buses que servirían para trasladar a una parte de los inmigrantes instalados en la comuna que actualmente alcanza los 1.600 llegados, con el fin de descongestionar a las comunidades más pequeñas. Al ser consultado por la efectividad de los controles desarrollados por las policías y personal de las Fuerzas Armadas, Chiffelle defendió el trabajo ejecutado. “Hemos disminuido el flujo de inmigrantes que transitan por las rutas caminando y gracias a los controles policiales se ha logrado detectar a quienes actúan como traficantes de personas y también se ha hallado droga, declaró.
Más al sur, en Tocopilla, en la región de Antofagasta, la primera autoridad comunal, Luis Moyano, declaró que es urgente trasladar a los inmigrantes a otras ciudades del país, porque no dan abasto. Anunció una acción conjunta entre todos los alcaldes de la región y se solicitará el apoyo de los parlamentarios del norte para acelerar las propuestas, dijo.
Muerte en el desierto
Durante las últimas horas, un hombre de 69 años de nacionalidad venezolana proveniente de San Francisco en el Estado de Zulia, identificado como Ricardo Godefroy Araujo, falleció a las 01:30 horas de la madrugada de este miércoles o, en el sector del ex vertedero de Colchane, tras ingresar a Chile de manera irregular desde Bolivia por un paso no habilitado.
De acuerdo al relato de su acompañante, su nuera Erica Barrios, su suegro presentó problemas respiratorios al llegar a Colombia, con un cuadro de tos que se fue agravando al salir de Perú e ingresar a Bolivia el martes 2 de febrero.
Erica relató que inmediatamente llegados de Desaguadero a Pisiga Bolívar en Bolivia, emprendieron el trayecto a Chile por un paso no habilitado junto a 30 personas. “Entrando a Chile empezó a sentirse mal, dijo que no podía respirar, que no sentía las piernas y se desplomó. La gente que venía con nosotros le hizo RCP y respiración boca a boca hasta que se dieron cuenta que no vivía y se fueron”, dijo.
Además de este fallecimiento, se informó la muerte de otra mujer que intentaba cruzar la frontera. Se trata de una persona de nacionalidad colombiana, y aún no se determina la real causa de muerte.
Debido al colapso de Colchane y de varias ciudades del denominado Norte Grande de Chile, el ministro del Interior y Seguridad Pública, Rodrigo Delgado, comunicó a última hora del martes que viajará en los próximos días a la zona para “tomar medidas adicionales”. Un anuncio que las autoridades locales consideran tardío, pues a su juicio, la crisis humanitaria está instalada. /Con información de Infobae