Las energías renovables van a superar al carbón en esta década como el combustible preferido del mundo en la generación de electricidad, dice la Agencia Internacional de Energía (AIE).
La energía solar fotovoltaica es ahora más barata que las plantas alimentadas con carbón y gas natural en la mayoría de las naciones, concluyen los investigadores de París en su informe anual sobre tendencias energéticas mundiales. Esos costos más baratos, junto con las medidas de los Gobiernos para reducir las emisiones que dañan el clima, eliminarán cada vez más el carbón de la red y darán a las energías renovables el 80% del mercado de nueva generación de energía para 2030, dice la AIE.
Las conclusiones suponen un alejamiento de los combustibles fósiles para el suministro de energía mundial en un momento en que los Gobiernos de todo el mundo están buscando formas de controlar los gases de efecto invernadero a los que se atribuye el calentamiento global.
Si bien las plantas hidroeléctricas seguirán siendo la mayor fuente de energía renovable, la energía solar se está poniendo al día rápidamente porque el costo de fabricación e instalación de paneles se ha reducido mucho.
“Anticipo que la energía solar se convertirá en el nuevo rey de los mercados eléctricos del mundo”, manifestó el líder ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, en un comunicado difundido junto con el informe el martes. “Según la configuración actual de políticas, se encamina a batir nuevos récords para su aplicación anualmente después de 2022”.
Las proyecciones de la AIE se basan en lo que se denomina el Supuesto de políticas declaradas, que parte de la base de que el covid-19 se controlará gradualmente el próximo año y que la economía global regresará a los niveles de antes de la pandemia. El supuesto tiene en cuenta las intenciones y objetivos de política anunciados hasta la fecha, que la AIE considera que están respaldados por medidas detalladas para que se ejecuten.
También anticipa que la demanda de gas natural disminuirá lentamente en los países desarrollados, especialmente en Europa, y que habrá una caída del carbón en todas partes. Una capacidad de carbón aproximada de 275 gigavatios en todo el mundo, el 13% del total de 2019, se cerrará para 2025, principalmente en EE.UU. y la Unión Europea. Ello compensará con creces el incremento en la demanda de carbón de las economías en desarrollo de Asia.
Se prevé que la participación del carbón en el suministro eléctrico mundial caiga desde el 37% en 2019 al 28% en 2030. Para 2040, el combustible que en el pasado fue un elemento básico de los servicios públicos caerá por debajo del 20% por primera vez desde la revolución industrial, concluye la AIE. Esa disminución podría ser aún más pronunciada si los Gobiernos aceleran el ritmo de la descarbonización.
Los supuestos requieren una inversión masiva en redes eléctricas, que necesitan cambios para absorber el suministro de fuentes más diversas, que solo funcionan cuando brilla el sol o sopla el viento.
La inversión para modernizar, ampliar y digitalizar la red deberá alcanzar los US$460.000 millones para 2030, dos tercios más que el coste del año pasado. Ese gasto ayudará a desplegar 2 millones de kilómetros de nuevas líneas de transmisión y 14 millones de kilómetros de redes de distribución, un 80% más de lo que se ha agregado en los diez últimos años, según la AIE. /Con información de Bloomberg