Un informe de Oxfam Intermón identifica a Venezuela y Sudán del Sur como los dos países donde la crisis alimentaria será más grave.
El hambre provocada por el COVID-19 podría matar a más personas que las que haría la propia enfermedad, revela un informe publicado por Oxfam Intermón.
Según este estudio, hasta 12.000 personas podrían morir cada día de hambre como consecuencia del colapso económico y social de la pandemia de coronavirus. Esta cifra es considerablemente superior al pico de muertes por coronavirus, que se alcanzó en abril con algo más de 10.000 fallecidos diarios.
El informe identifica además a Venezuela y Sudán del Sur como los dos países donde la crisis alimentaria será más grave.
“La pandemia de COVID-19 es la gota que colmó el vaso para millones de personas que ya tenían que hacer frente a los efectos de los conflictos, el cambio climático y la desigualdad. Y a un sistema alimentario disfuncional que ha empobrecido a millones de productores de alimentos y de trabajadores de ese sector”, declaró Chema Vera, director ejecutivo interino de Oxfam Intermón.
El informe apunta a que el hambre provocada por el coronavirus podría afectar hasta a 121 millones de personas más de las que actualmente se encuentran en esta situación en todo el mundo.
Más allá de los países que ya están afectados por la hambruna, hay otros de renta media. En los que están India, Sudáfrica o Brasil, donde millones de personas pueden encontrarse en una situación límite. Además, las mujeres constituyen un porcentaje mayoritario de los colectivos más afectados por el colapso económico generado como resultado de la pandemia.
En Venezuela son de destacar casos de estados como Vargas y Bolívar, donde la gente teme más al hambre que a la misma enfermedad. /Con información de CaraotaDigital