El Partido Comunista Chino (PCCh) ha experimentado un notable crecimiento militar en los últimos años, desarrollando capacidades convencionales y nucleares cada vez más sofisticadas. Sin embargo, surge una sorprendente revelación: gran parte de este crecimiento ha sido financiado, de manera indirecta, por su rival histórico, Estados Unidos.
Según expertos en seguridad y analistas geopolíticos, la relación económica entre ambos países ha permitido que China obtenga los recursos necesarios para fortalecer su poderío militar. A través de inversiones, acuerdos comerciales y transferencia de tecnología, Estados Unidos ha contribuido sin darse cuenta al auge militar del PCCh.
El capitán retirado de la Marina de los Estados Unidos, James Fanell, quien fue director de Inteligencia y Operaciones de Información de la Flota del Pacífico, afirma: “Hemos sido cómplices de nuestro propio rival. Nuestro apoyo económico ha financiado una maquinaria militar que ahora amenaza nuestra seguridad y la estabilidad mundial”.
El crecimiento militar de China no se limita únicamente a su marina. También han desarrollado fuerzas terrestres y aéreas altamente capacitadas, respaldadas por una sólida infraestructura tecnológica y cibernética. Las consecuencias de este fenómeno podrían tener un impacto significativo en el equilibrio de poder global y la seguridad de Estados Unidos y sus aliados.
Ante esta situación, los expertos advierten sobre la necesidad de repensar las políticas económicas y de seguridad nacional. Es vital evaluar las implicaciones de la colaboración inadvertida con un rival estratégico y tomar medidas para salvaguardar los intereses nacionales.