El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, asistirá en persona a la cumbre del G7 en Hiroshima, en Japón, donde los líderes de las principales potencias industrializadas anunciaron nuevas sanciones contra “la maquinaria de guerra” rusa.
“Se van a decidir cosas muy importantes, y por eso la presencia de nuestro presidente es absolutamente esencial para defender nuestros intereses”, explicó el secretario del Consejo de Seguridad ucraniano, Oleksii Danilov.
Inicialmente, Zelenski debía intervenir por videoconferencia en la cumbre, prevista del viernes al domingo.
Finalmente asistirá en persona, previo paso por Arabia Saudita, donde hizo escala este viernes para participar en una cumbre de la Liga Árabe y entrevistarse con el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán, quien tiene estrechas relaciones tanto con Rusia como con China.
En Japón, Zelenski podrá renovar su pedido de aviones caza para repeler mejor la invasión rusa, una demanda que ya formuló durante su reciente gira europea.
Varios países europeos, como Reino Unido y Países Bajos, anunciaron esta semana que trabajarán para que Ucrania pueda recibir aviones F-16, aunque la eventual entrega deberá ser autorizada por Washington.
En Hiroshima, ciudad víctima del primer bombardeo atómico de la historia, en 1945, los dirigentes de las siete principales potencias industrializadas anunciaron un endurecimiento de sus sanciones contra Rusia, y adoptarán por otro lado una posición común respecto a China.
En una declaración común publicada tras una reunión dedicada a Ucrania, el grupo integrado por Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá anunció medidas para “privar a Rusia de la tecnología, el equipamiento industrial y los servicios del G7 que sostienen su maquinaria de guerra” en territorio ucraniano.
El paquete incluye restricciones a las exportaciones de bienes “críticos para Rusia en el campo de batalla”, así como medidas contra entidades acusadas de llevar material al frente en beneficio de Moscú.
Horas antes, Estados Unidos anunció que restringiría el acceso de Rusia a “productos necesarios para sus capacidades de combate”, mediante la prohibición de exportaciones a 70 entidades rusas y de otros países.
– Sanciones a los diamantes rusos –
Reino Unido y la UE anunciaron por su lado restricciones contra la industria del diamante ruso, cuyo comercio está valorado en 4.000 a 5.000 millones de dólares anuales y supone una importante fuente de ingresos para el Kremlin.
En su comunicado, el G7 se comprometió igualmente a “restringir el comercio y el uso de diamantes extraídos, tratados o producidos en Rusia”, haciendo uso para ello de las tecnologías de seguimiento.
Emiratos Árabes Unidos, India y Bélgica, miembro de la UE, figuran entre los principales importadores de diamantes rusos.
Los dirigentes del G7 podrán presentar directamente sus argumentos en favor de esta medida al primer ministro indio Narendra Modi, cuyo país mantiene relaciones militares estrechas con Rusia y se negó a condenar la invasión de Ucrania.
India, junto con Brasil e Indonesia, forma parte de los ocho países no integrantes del foro que fueron invitados a Hiroshima.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, mantuvo en la ciudad japonesa una primera bilateral con el primer ministro australiano, Anthony Albanese.
“Hablamos de la ampliación de las relaciones Brasil-Australia, del Mundial de fútbol femenino [previsto en Australia y Nueva Zelanda en julio y agosto], y recibí una invitación para visitar Australia”, indicó Lula en su cuenta de Twitter.
– Homenaje a las víctimas de Hiroshima –
Más allá de Rusia y Ucrania, la agenda estará dominada por China y la cuestión de la diversificación de las cadenas de suministro de los países del G7, para protegerse del riesgo de “coacción económica” por parte de Pekín.
El jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, llamó a pensar las cadenas de suministro de manera que se limiten “los riesgos por la dependencia respecto a determinados países”, aunque Francia matizó que éste será “un G7 de cooperación y de exigencia respecto a China”.
Antes de iniciar la cumbre, el primer ministro japonés Fumio Kishida, oriundo de Hiroshima, recibió uno a uno en el Parque del Memorial de la Paz a los otros seis dirigentes del G7.
Juntos rindieron homenaje a las alrededor de 140.000 víctimas de la bomba atómica estadounidense el 6 de agosto de 1945.