No solo las tropas rusas han sufrido numerosas bajas en estos casi dos meses de la invasión a Ucrania. De los casi 8.000 mercenarios del Grupo Warner que fueron desplegados en el suelo ucraniano al servicio de Vladimir Putin, unos 3.000 murieron en combate
Christo Grozev, el director ejecutivo del sitio web de investigación Bellingcat, reveló esa información ante la Comisión de Asuntos Exteriores de los Comunes, en Inglaterra
No sólo las tropas rusas han sufrido numerosas bajas en estos casi dos meses de invasión a Ucrania. De los casi 8.000 mercenarios del Grupo Wagner que fueron desplegados en suelo ucraniano al servicio de Vladimir Putin, unos 3.000 murieron en combate.
Así lo informó Grozev, en su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores de la cámara de los Comunes del Reino Unido.
El periodista de investigación búlgaro dijo ante los parlamentarios británicos que fuentes dentro del Grupo Wagner le reconocieron que el número de mercenarios que luchan junto a las fuerzas rusas es “mucho más alto” de lo que se esperaba.
Entre ellos, unos 200 fueron enviados a Kiev antes del inicio de la invasión en una misión fallida de “exploración y asesinato” de figuras políticas ucranianas. A la par, “un gran número” fue desplegado con los convoyes que avanzaron sobre la capital desde Bielorrusia, aliado de Rusia.
Grozev comentó, además, que un antiguo miembro del grupo le reveló a Bellingcat que los mercenarios también estuvieron presentes en Bucha, donde las tropas rusas perpetraron una brutal masacre asesinando a cientos de civiles.
Esa fuente del Grupo Wagner, indicó Grozev, reconoció que muchos de los mercenarios deciden ir a luchar por el gusto de matar. En ese sentido, detalló que entre el 10 y el 15 por ciento son sociópatas: personas que aceptan ir a combate sólo porque quieren matar. “Están sedientos de sangre, no son sólo adictos a la adrenalina”, declaró el periodista de investigación ante la comisión del Parlamento británico.
En su comparecencia opinó que imponer más sanciones contra el jefe del grupo, Yevgeny Prigozhin conocido como “el chef de Putin”-, tendría poco impacto. Por eso, indicó que podría ser más eficaz apuntar a cada uno de los miembros individuales del grupo mercenario. “Impedir que todas estas personas puedan viajar al extranjero, al menos al mundo occidental, podría ser mucho más importante que imponer una sanción más a Prigozhin”.
Las autoridades creen que Prigozhin se encuentra en el este de Ucrania, en el Donbas, para supervisar las operaciones, aunque el acaudalado amigo de Putin no es un veterano militar.
“Prigozhin, que no tiene experiencia militar y es el financista y organizador del Grupo Wagner más que su comandante militar, es probable que esté en Donbas para coordinar el reclutamiento y la financiación de las operaciones del grupo más que para comandar las operaciones de combate”, señaló el Instituto de Estudios de Guerra, un think tank norteamericano, citado por Daily Mail.
El doctor Sean McFate, miembro del think tank Atlantic Council y profesor de la Universidad de Defensa Nacional de Estados Unidos, sostuvo que los países occidentales no se habían tomado muy en serio la amenaza del Grupo Wagner. “Esto les ha animado (a Rusia) a utilizar esto como una estratagema para la expansión nacional, los intereses nacionales. No hemos hecho un trabajo lo suficientemente bueno en su seguimiento. Los vemos como villanos baratos de Hollywood, pero en realidad no lo son”.
McFate analizó que las tropas de Putin, con el apoyo de los mercenarios, aplicaron en Ucrania “el mismo patrón visto en Siria, donde interrogaban, torturaban y decapitaban a la gente”.
Los mercenarios del Grupo Wagner, antes de su participación en Ucrania, fueron desplegados años atrás en Siria para respaldar a las fuerzas rusas en su cooperación al Ejército sirio del dictador Bashar al Assad.
Rami Abdurrahman, que dirige el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido, apuntó que casi con seguridad son más de 8.000 los mercenarios desplegados en Ucrania. Según indicó, habría cerca de 18.000 participando en el conflicto.
En esa línea se pronunció este martes un funcionario europeo quien, bajo condición de anonimato, dijo que hasta 20.000 mercenarios de la empresa militar privada rusa y otros procedentes de Siria y Libia están luchando junto a las fuerzas de Putin en Ucrania.
“De acuerdo a sus capacidades, son de infantería. No tienen vehículos pesados ni armas. Son claramente de infantería”, comentó a periodistas en Washington. Y agregó: “Estos tipos son utilizados principalmente como masa contra la resistencia ucraniana”.
Según denunciaron funcionarios del gobierno ucraniano, una de las misiones de los mercenarios rusos en Kiev era asesinar al presidente Volodimir Zelenski y a su familia.
Las empresas militares privadas, como el Grupo Wagner, se han convertido en los últimos años en una herramienta vital con la que Rusia expande su influencia en el mundo al tiempo que defiende sus intereses. Actualmente, hay presencia de mercenarios rusos en al menos 30 países de cuatro continentes, lo que demuestra la expansión de este fenómeno que tuvo en el conflicto de Ucrania en 2014 su primer ensayo.
Aunque las empresas de mercenarios son técnicamente ilegales según la Constitución rusa, lo cierto es que se han convertido en un componente clave de la estrategia de “guerra híbrida” que viene llevando a cabo Moscú y ofrecen al jefe de estado ruso, Vladimir Putin, un medio con el que “ejecutar sus objetivos políticos y hacer avanzar los intereses de seguridad nacional rusos en todo el mundo”, de acuerdo a un informe el Centro para los Estudios Estratégicos e Internacionales.