La organización internacional están reunidos de urgencia en su sede en Nueva York para tratar el ataque ruso a la central nuclear ucraniana de Zaporiyia la mayor de Europa.
Esta es la primera vez que un estado ataca una central nuclear con combustible y en funcionamiento, ha criticado Barbara Woodward, la embajadora ante la ONU de Reino Unido, uno de los países que convocó de urgencia al consejo.
Incluso en medio de una invasión ilegal como esta, Rusia debe dejar el combate fuera de las centrales nucleares y proteger su seguridad.
En el comienzo de la reunión, el consejo ha recibido informes de dos autoridades de organizaciones internacionales.
La primera fue Rosemary DiCarlo, subsecretaria general de la ONU para asuntos políticos y mantenimiento de la paz.
Las operaciones militares alrededor de infraestructuras civiles críticas como las nucleares no solo son inaceptables sino también de gran riesgo e irresponsables, dijo DiCarlo, que aseguró que la ONU sigue «con gran alarma» la situación.
DiCarlo también criticó que hay millones de ucranianos que sufren bombardeos duros y muchas veces indiscriminados.
Rafael Mariano Grossi, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, ofreció la información disponible sobre el ataque, que afectó a un edificio adyacente a un bloque en el que hay seis reactores nucleares.
El ataque provocó un incendio, que fue después sofocado, pero el bloque con los reactores y su seguridad no resultaron afectados.
La operación de la central ha recuperado la normalidad, dentro de que no es normal que la planta esté bajo control militar, añadió.
Gracias a Dios, el mundo evitó por muy poco una catástrofe nuclear la pasada noche, criticó la embajadora de EE.UU. Linda Thomas Greenfield, que exigió a Rusia una retirada de tropas de la planta para el tratamiento de heridos, permitir el trabajo de operadores que aseguren la seguridad de la planta y evitar un mayor deterioro de la infraestructura. Calificó la actitud de Rusia como «altamente irresponsable».