El Gobierno de Estados Unidos posee una enorme reserva de bitcóin, no obstante, no ha gastado ni un solo dólar en comprar la criptomoneda, sino que la ha adquirido durante su lucha contra el cibercrimen en los últimos años: incautando y subastando bitcóin, así como otras criptodivisas de presuntas empresas estafadoras, según informó CNBC.
“En el año fiscal 2019, tuvimos unas incautaciones de criptomoneda por un valor de 700.000 dólares. En 2020, fueron hasta 137 millones de dólares. Y en lo que va de 2021, estamos en 1.200 millones de dólares”, afirmó en agosto Jarod Koopman, director de la unidad de cibercrimen del Servicio de Impuestos Internos de EE.UU., al medio local.
Durante años, el país ha utilizado herramientas de lucha contra el crimen para rastrear e incautar tokens construidos criptográficamente, que fueron diseñados intrínsecamente para evadir la ley.
El Servicio de Alguaciles de EE.UU., la principal agencia responsable de subastar las tenencias de criptomonedas del gobierno, ha incautado y subastado hasta ahora más de 185.000 bitcoines, por un valor de unos 8.600 millones de dólares.
El producto de las ventas de criptomonedas suele colocarse en el Fondo de Confiscación del Departamento del Tesoro o en el Fondo de Confiscación de Activos del Departamento de Justicia. Una vez depositado en uno de estos dos fondos, el Congreso, por ejemplo, puede revocar el dinero y destinarlo a otros proyectos.
Sin embargo, los expertos señalan que no es fácil seguir el rastro del dinero incautado. “No creo que haya ningún lugar que tenga todo el criptoactivo que los agentes del Servicio de Alguaciles de EE.UU. están reteniendo, y mucho menos los diferentes estados que pueden haber confiscado criptomonedas. Es una mezcolanza”, aseguró Alex Lakatos, socio del bufete de abogados Mayer Brown de Washington D.C.