Algunas personas, nunca pensaron que podría conducir a un diagnóstico de cáncer
La mayoría de las personas han sufrido los desagradables efectos secundarios del alcohol al menos una vez en su vida.
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Los síntomas que se desencadenan tras beber alcohol son por todos conocidos, pero a veces, pueden dar pistas de otras dolencias que en antes no hubiéramos pensado. Por ejemplo, el cáncer.
En algunos casos muy raros, existe un tipo de cáncer, más común en los jóvenes, puede desencadenar síntomas al beber.
Se trata del cáncer de linfoma, un cáncer de la sangre cuyos síntomas incluyen un bulto en el cuello, axila o ingle, sensación de cansancio sin motivo, pérdida de peso inexplicable, sudoración excesiva por la noche y picazón constante sin motivo.
Hay alrededor de 60 tipos diferentes de linfomas, que se agrupan en general en linfomas de Hodgkin y no Hodgkin. Los síntomas relacionados con el alcohol se observan en personas con linfoma de Hodgkin.
Aproximadamente uno de cada 20 pacientes experimentará dolor inducido por el alcohol, en concreto en los ganglios linfáticos, glándulas que se encuentran comúnmente en el cuello, la axila y la ingle.
El doctor Graham Collins, hematólogo consultor de la Fundación NHS de los Hospitales de la Universidad de Oxford, dice que los ganglios linfáticos están “repletos de células anormales” cuando hay cáncer.
En declaraciones a The Sun, explicó: “El alcohol puede relajar los vasos sanguíneos, lo que puede llevar a un aumento adicional de la presión dentro de los ganglios linfáticos, ejerciendo presión sobre la cápsula circundante y causando dolor”.
Las mujeres con linfoma de Hodgkin son más propensas a sentir dolor al beber, según un artículo de médicos de Harvard. “Se ha informado que el contenido de alcohol de un chocolate relleno de licor o incluso un sorbo de cerveza desencadena el dolor”, explican.
“El inicio del dolor es inmediato; las descripciones del dolor de los pacientes varían de ‘doloroso’ a ‘punzante’, y la intensidad varía de leve a insoportable, lo que obliga a algunos pacientes a dejar el alcohol por completo”, añade el paper.
Algunos pacientes también han informado que toman analgésicos cuando beben, sin saber que el dolor era una señal de advertencia de una enfermedad mortal.
Por ejemplo, en un caso registrado en Nashville (Tennessee, Estados Unidos), un hombre de 31 años había estado tomando ibuprofeno cada vez que bebía durante tres meses. Cuando fue al hospital, explicó un historial de dolor severo en el pecho minutos después de ingerir solo dos o tres sorbos de alcohol.
El hombre también tenía fiebres ocasionales, sudores nocturnos y fatiga general, dijeron los médicos.
Los escáneres mostraron que el hombre tenía una masa en el pulmón y una biopsia de un ganglio linfático en la tráquea confirmó el diagnóstico de linfoma de Hodgkin.
Afortunadamente, el tratamiento lo puso en remisión total, y pudo disfrutar de la bebida nuevamente, ya que la quimioterapia rápidamente detuvo el dolor en el pecho.
Otro hombre , de 32 años, de China, supuso que tenía ciática, que se agravó con la bebida hasta que los médicos le diagnosticaron cáncer.
El cáncer de linfoma casi siempre se puede tratar; la mayoría de las personas viven muchos años después de ser diagnosticadas.
Pero, lamentablemente, más de 500 personas mueren de cáncer de Hodgkin y no Hodgkin cada año en el Reino Unido.