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Un brote de siete casos de fiebre amarilla en Venezuela, entre ellos seis corresponden a personas que no estaban vacunadas contra la enfermedad. Los episodios del padecimiento se confirmaron mediante pruebas de laboratorio el 23 y el 24 de septiembre.
Entre los afectados, tres personas no presentaron síntomas de la enfermedad mientras que los cuatro restantes sufrieron cuadros de fiebre y uno de ellos también presentó dolor de cabeza y ocular, entre otros síntomas.
El primer caso notificado fue el de una joven embarazada con antecedentes de vacunación contra la fiebre amarilla. De los seis casos restantes, cinco eran varones y tenían edades comprendidas entre los 24 y los 82 años. Hasta la fecha, no se ha notificado ninguna muerte entre los casos confirmados.
La localización más probable de la infección fue una localidad rural parroquial al sur del Municipio Maturín en el Estado Monagas, que se encuentra en la región noreste de Venezuela.
La agencia sanitaria de la ONU también informó de diez casos de la enfermedad en primates no humanos, siete en el mismo estado y tres en el de Anzoátegui.
La vacuna contra la enfermedad dura por vida
La fiebre amarilla es una enfermedad hemorrágica viral aguda causada por el virus de la fiebre amarilla y se transmite mediante mosquitos infectados de los géneros Haemagogus y Sabethes, así como por una especie de mosquito urbano, el Aedes aegypti.
La fiebre amarilla infecta tanto a seres humanos como a primates no humanos y tiene el potencial de propagarse rápidamente causando un grave impacto en la salud pública en las poblaciones no inmunizadas.
La enfermedad se puede prevenir con una sola dosis de la vacuna contra la fiebre amarilla que proporciona inmunidad de por vida.
Venezuela se considera un país de alto riesgo para la fiebre amarilla con transmisión endémica del virus. La cobertura de vacunación no es óptima, lo que crea un alto riesgo de transmisión y amplificación de la enfermedad entre las poblaciones no vacunadas.
Un aumento preocupante con la COVID-19 de espectadora
La Organización Mundial de la Salud considera que el aumento del número de casos en personas y en primates no humanos desde el mes de agosto es preocupante debido a la continuidad de una alta circulación viral.
Desde el inicio de la campaña de vacunación en noviembre del año pasado, la cobertura de inmunización en los estados preferentes es del 82%. Sin embargo, el estado de Monagas tiene una baja cobertura de vacunación, por lo que una parte importante de la población sigue estando en peligro y es necesario intensificar las comunicaciones, especialmente entre los grupos de alto riesgo.
Además, la agencia de la ONU advirtió que todas las regiones y territorios endémicos y de alto riesgo de fiebre amarilla también están experimentando la transmisión en curso de SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19.
Se recomienda la vacunación diez días antes de viajar a Venezuela
Ante este escenario, la OMS destacó la importancia de continuar con la sensibilización sobre la necesidad de la vacunación contra la fiebre amarilla, especialmente en las zonas endémicas de alto riesgo con un ecosistema favorable para la transmisión de la fiebre amarilla.
Por ello, la cobertura de la vacunación debe aumentar especialmente para las personas que viven y trabajan en zonas boscosas y están expuestas a los mosquitos infectados de los géneros Haemagogus y Sabethes.
Igualmente, debe aumentar entre las poblaciones indígenas, los migrantes y otras poblaciones vulnerables que suelen vivir en zonas urbanas densamente pobladas y estén riesgo de transmisión a través del mosquito Aedes agyepti.
Por último, recomienda la vacunación a todos los viajeros internacionales mayores de 9 meses al menos 10 días antes de viajar a Venezuela, aunque la nación sudamericana no pide ningún certificado de inmunización a los viajeros.