Un plan de la administración de Biden para restringir el arribo de los viajeros no vacunados afectaría particularmente a las personas de América Latina y el Caribe, una región donde las grandes disparidades y la falta de acceso a las vacunas COVID-19 han dejado a la mayoría de la población sin protección contra el coronavirus.
Las nuevas reglas que entrarán en vigor a principios de noviembre, según dijo el coordinador para la pandemia de COVID-19 de la Casa Blanca, Jeff Zients, también podrían prohibir que algunos viajeros vacunados ingresen al país si recibieron vacunas que las autoridades estadounidenses no reconocerán cuando implementen el plan. La Casa Blanca dijo el mes pasado que estaba considerando prohibir a los viajeros que recibieron vacunas COVID-19 que no hayan recibido la autorización de emergencia de la Organización Mundial de la Salud.
Estados Unidos solo ha autorizado tres vacunas — Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson — pero la lista de uso de emergencia de la OMS es mucho más amplia e incluye vacunas producidas por AstraZeneca y Sinopharm de China. Actualmente no incluye la rusa Sputnik V ni la cubana Soberana, que algunos países de la región han tenido que usar para aumentar los suministros de vacunas.
Una portavoz de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos dijo que la agencia “está trabajando activamente con expertos en vacunas con respecto a las vacunas que se aceptarán, los requisitos de edad y la puesta en funcionamiento de este requerimiento”.
El CDC, dijo, proporcionará más información sobre los reglas en las próximas semanas.
Aunque algunos creen que el plan es positivo porque abrirá el país a los viajeros europeos, que han estado excluidos durante más de un año, otros temen su posible efecto en los viajes regionales. Cualquiera que sea la decisión que tomen las autoridades estadounidenses, dejará a muchos latinoamericanos y caribeños excluidos en un momento en que la aprobación de visas tiene grandes atrasos debido a la pandemia y el poco personal en las embajadas, y probablemente creará más tensiones diplomáticas en una región que ya se está sintiendo ignorada por su vecino más cercano y poderoso.
“Afecta de manera desproporcionada a países en desarrollo como Guyana”, dijo la ministra de Turismo y Comercio de la nación sudamericana de habla inglesa, Oneidge Walrond, quien teme que la vacuna Sputnik V no esté en la lista aprobada de Estados Unidos. A principios de este año Guyana recurrió a la vacuna de fabricación rusa y compró 200,000 dosis a $20 cada una, después de no poder obtener ninguna de las vacunas fabricadas en Estados Unidos.
A pesar de que se ha unido a varios países del Caribe para aprobar requisitos de entrada similares para los visitantes internacionales (uno debe mostrar prueba de vacunación y una prueba de PCR COVID-19 negativa tomada dentro de los 7 días de viaje), el país cree que ahora está siendo castigado por el nuevo requisito de Estados Unidos pese a no haber podido acceder sus vacunas. “Creemos que es injusto y resalta y profundiza la división entre los que tienen y los que no tienen”, dijo Walrond.
El miércoles, la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa F. Etienne, dijo que solo el 37 por ciento de los 653 millones de personas en América Latina y el Caribe habían sido vacunadas, mientras que países como Nicaragua y Jamaica aún no llegaban al 10 por ciento. Haití, que solo ha administrado alrededor de 60,000 vacunas de Moderna, tiene menos del 1 por ciento de su población vacunada.
Dado que muchas personas carecen de acceso a las vacunas, Estados Unidos comenzó este verano a enviar dosis a la región a través de la plataforma de acceso global a las vacunas de la Organización Mundial de la Salud conocida como COVAX. Pero las fricciones por la disponibilidad de vacunas en una de las regiones más afectadas del mundo ya han aparecido incluso entre socios como Colombia, que ya ha recibido seis millones de dosis donadas por Estados Unidos.
En su discurso en la reciente Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Iván Duque habló de las brechas “inauditas” en la cobertura de vacunación, y agregó una crítica velada al plan de Estados Unidos de ofrecer una tercera dosis de refuerzo.
“Mientras que algunas naciones adquieren un número de dosis adicionales para seis o siete veces su población y anuncian terceras dosis de refuerzo, otras no han aplicado ni una sola dosis que les inyecte esperanza”, dijo. Las restricciones de viaje probablemente dejarán a la población de cada nación atada a la decisión de sus respectivos gobiernos sobre qué vacunas comprar.
Millones en la región han recibido vacunas producidas por Rusia, China, India y Cuba que no han recibido la autorización de emergencia de la OMS. Las reglas también destacarán las desigualdades regionales, cuando los países más pobres luchan por vacunar a sus ciudadanos en medio de la escasez de suministro y la vacilación para inyectarse, y los esfuerzos internacionales como COVAX siguen siendo lentos en la entrega de las dosis prometidas.
“Seguimos instando a los países con dosis excedentes a que las compartan con los países de nuestra región, donde pueden tener un impacto que salve vidas”, dijo la doctora Etienne. La funcionaria dijo que la OPS, que es la oficina regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud, estaba tratando de acelerar la inmunización en las Américas mediante la compra de vacunas y el aumento de la fabricación de vacunas en la región.
Aunque COVAX se creó para ayudar a los países pobres y de ingresos medios a obtener dosis de vacunas a precios más bajos, el director adjunto de la OPS, el doctor Jarbas Barbosa, dijo que no cumplirá la meta de proporcionar suficientes vacunas para inmunizar al 20 por ciento de la población de las naciones participantes.
Los cubanos se encuentran en una situación particularmente difícil porque el gobierno se negó a participar en COVAX y en su lugar desarrolló sus propias vacunas. El gobierno tampoco ha aceptado la oferta de Estados Unidos de donaciones de vacunas, dijeron dos altos funcionarios de la administración de Biden la semana pasada.
Después de un año y medio de restricciones impuestas por el gobierno a los viajes al extranjero, muchos cubanos esperan visitar a familiares y amigos en el extranjero cuando los aeropuertos abran a mediados de noviembre.
Pero es probable que enfrenten un nuevo obstáculo para viajar a Estados Unidos porque la gran mayoría de los cubanos están recibiendo los productos locales Soberana y Abdala. Una minoría de la población está recibiendo la vacuna Sinopharm de fabricación china que cuenta con la aprobación de emergencia de la OMS.
Las autoridades cubanas dijeron que la isla lideraba los esfuerzos de vacunación en la región, y que más del 80 por ciento de sus 11,3 millones de habitantes había recibido al menos una dosis. Sin embargo, solo el 56 por ciento está completamente inmunizado porque el programa de vacunación de Cuba requiere tres dosis con un espacio de varias semanas entre las inyecciones. La regla de Estados Unidos puede poner obstáculos adicionales a los planes de Cuba de exportar sus vacunas.
Hasta el momento, el país ha enviado vacunas a Venezuela y Nicaragua y firmó un contrato para vender 10 millones de dosis a Vietnam. El Instituto Finlay, el fabricante estatal cubano de las vacunas Soberana, ya está en contacto con la OMS para buscar la aprobación de la agencia, pero el proceso se encuentra en su etapa inicial.
El Dr. Vicente Vérez Bencomo, director del Instituto, dijo que el gobierno estaba invirtiendo en elevar las plantas productoras a los estándares requeridos para la exportación. “Estamos apoyando a Cuba para que participe en el proceso de precalificación”, dijo Barbosa, el subdirector de la OPS. “
Ya tuvimos una reunión con la OMS y los productores de vacunas. Nuestro interés es que todas las vacunas puedan participar en el proceso de precalificación de la OMS porque eso ampliará el suministro de vacunas que podemos comprar”.
En Cuba, República Dominicana y otros países de la región, las personas no han tenido muchas opciones sobre qué vacuna recibir. El ministro de Salud de Jamaica, Christopher Tufton, dijo que si bien su baja tasa de vacunación podría explicarse por la vacilación ante las vacunas y la falta inicial de suministro, los jamaiquinos ahora prefieren la vacuna Pfizer, de la cual Estados Unidos envió 208,260 dosis en agosto.
El ministro dijo que más del 10% de la población está completamente vacunada, mientras que al menos el 20% ha recibido al menos una dosis. “La medida de Estados Unidos ciertamente tendría un impacto dada nuestra estrecha conexión con ese país”, dijo. “Para algunos, sería un mandato de vacuna impuesto externamente, por lo que es probable que [también] afecte la adopción de la vacuna”.
En países como Argentina, ha habido un mosaico de opciones, pero no todas las vacunas han estado disponibles simultáneamente o en todas las áreas. Más de 10 millones de argentinos vacunados con la ruso Sputnik V no podrán venir a Estados Unidos si los fabricantes no resuelven los problemas con las plantas productoras que han detenido el proceso de aprobación de la OMS.
El ministro de salud ruso, Mikhail Murashko, dijo que los fabricantes ya respondieron todas las preguntas necesarias para obtener la autorización, pero la OMS dijo más tarde que una decisión sobre la vacuna Sputnik V no era inminente. El medio de comunicación ruso Sputnik también informó que las autoridades del país tenían la intención de discutir con sus homólogos estadounidenses el reconocimiento mutuo de los certificados de vacunas en una reunión a celebrarse en Ginebra.
“En principio, siempre hemos dicho que quienes están vacunados no deberían enfrentar restricciones en términos de viaje, incluidas las pruebas o incluso la cuarentena”, dijo Markus Ruediger, portavoz de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.
“Sin embargo, creemos que las opciones para quienes no pueden ser vacunados, por razones médicas o por falta de vacuna, no deben excluirse de los viajes y que las alternativas, como las pruebas, deben estar disponibles”, dijo.