El presidente de Perú, Francisco Sagasti, confirmó este lunes por la noche que 487 personas se vacunaron “extraoficialmente”, entre ellas altos cargos y servidores públicos, que “aprovecharon su posición para ser inmunizadas con las vacunas de Sinopharm”.
Sagasti se dirigió a la nación acompañado de la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez, y reiteró su “indignación y decepción por haber conocido que 487 personas, entre ellas muchos funcionarios públicos, aprovecharon su posición para ser inmunizados con las vacunas de Sinopharm que llegaron en complemento a aquellas que se usaron en los ensayos clínicos en nuestro país”, informó Agencia Andina.
Sagasti remarcó que todas las personas involucradas en este acto irregular serán separadas de sus cargos porque “no tienen cabida en este gobierno” y aseguró que el Ejecutivo continuará con las negociaciones para lograr las vacunas que permitan inmunizar a toda la población.
Entre las personas que recibieron la inoculación sin que les correspondiera se encuentran la exministra de Salud Pilar Mazzetti, que hace unos días negó haberla recibido, y la de Relaciones Exteriores Elizabeth Astete, que renunció ayer al cargo tras admitir que se había vacunado.
Según información a la que tuvo acceso El Comercio, Mazzetti se vacunó a mediados de enero de este año y recibió la segunda dosis el 6 de febrero en las instalaciones de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), según fuentes del programa de ensayos de Sinopharm. Los medios peruanos calificaron el escándalo con el nombre de “Vacunagate”.
Así, Mazzetti recibió el inmunizador de Sinopharm antes de la llegada del primer lote de vacunas contra el coronavirus, que aterrizó el 7 febrero en el país andino.
Otro de los involucrados fue el ex presidente Martín Vizcarra, quien recibió la vacuna en octubre, semanas antes de que fuera destituido por el Congreso en un juicio político relámpago, mientras que Mazzetti y Astete se inmunizaron en enero.
El ex mandatario alegó que fue “voluntario” en el ensayo de la vacuna china, antes de que la misma recibiera la luz verde el 31 de diciembre, pero la Universidad Cayetano Heredia lo desmintió.
Vizcarra, que dejó el poder con un alto nivel de aprobación, pidió este lunes “disculpas” a sus compatriotas “por no haber informado de ese hecho en ese momento”, pero insistió en que fue voluntario del ensayo, igual que su esposa y un hermano.
“Me someto a las investigaciones (de la fiscalía) en aras a esclarecer esta situación”, agregó, negando que haya “mentido” o cometiera un delito.
Al respecto, Sagasti mostró un “sentimiento profundo de dolor, porque estas personas que formaron parte de nuestro Gobierno de Transición y Emergencia, faltaron a su deber de servidoras públicas y a su lealtad con la presidenta del Consejo de Ministros y conmigo”.
Tras admitir el domingo que recibieron la vacuna el exviceministro de Salud Pública Luis Suárez y Astete, el ministro de Salud, Óscar Ugarte, anunció este lunes de que el Gobierno abrió una investigación sobre la supuesta vacunación “extraoficial” llevada a cabo por altos cargos, que habrían llegado a una serie de acuerdos con las empresas farmacéuticas para inmunizarse de forma subrepticia.
Según adelantó horas antes Ugarte a la emisora RPP, “la primera versión en el Ministerio de Sanidad puede ser de entre 15 y 20 vacunados”.
El presidente confirmó que el listado de personas que fueron beneficiadas de la vacuna se enviará a la Contraloría General de la República, al Fiscalía, a la Procuraduría General del Estado y a la comisión investigadora formada por Ugarte para que se inicien las acciones que correspondan.
La tormenta política desatada el jueves derivó en huracán el domingo, cuando la canciller Astete reconoció que se había vacunado y dimitió.
“La renuncia de la ministra (…) es un hecho político muy importante. Los opositores a Vizcarra y a Sagasti de alguna manera ganan” de cara a las elecciones del 11 de abril, dijo a la AFP el analista Luis Benavente.
Astete, sustituida el lunes por el ex canciller Allan Wagner, renunció dos días después que Mazzetti, quien era titular de Salud desde los días de Vizcarra.
Ocho funcionarios de la cancillería están entre los vacunados, dijo Wagner.
La revelación de Astete colocó al gobierno de Sagasti en el centro de la controversia.
El domingo se conoció que Sinopharm entregó a Perú 3.200 dosis extras, aparte de las destinadas a los 12.000 voluntarios.
La embajada china expresó este lunes que “no tiene información de la identidad de los vacunados”, pues el ensayo estuvo a cargo de universidades peruanas, y rechazó el uso de “los términos como vacunas de cortesía, donaciones o prebendas” empleados por medios peruanos.
Este escándalo estalló apenas iniciada la campaña electoral. Fue bautizado como ‘Vacunagate’ y no dejó indiferente a ningún político peruano.
El caso acapara los medios y las redes sociales, aunque sin movilizar a ciudadanos a las calles. La mitad de Perú, incluida Lima, está confinada todo febrero por la segunda ola de la pandemia, en la que se cuadruplicaron los contagios y decesos, en relación a diciembre.
Si bien en otros países presidentes y funcionarios se vacunaron en público para dar ejemplo, en Perú las críticas apuntan a que hubo autoridades que recibieron las dosis anticipadamente y sin comunicarlo.
“Es un tema más ético. No puedes tú inocularte y tu familia (…) cuando hay gente en la primera línea, doctores, que se han muerto”, dijo a la AFP la trabajadora Anaís Rojas.
Sagasti, de 76 años, se vacunó en público el primer día de inmunización al personal sanitario, el pasado martes, ocasión en que incentivó a los peruanos a hacerlo.
El presidente peruano y los jefes de los demás poderes públicos (legislativo, judicial, fiscalía y contraloría, entre otros) prometieron “la realización de las investigaciones correspondientes”, en una declaración conjunta este lunes.
El país andino cuenta por ahora con un millón de dosis de la vacuna china, de las que han sido aplicadas unas 77.000 al personal sanitario. Todavía no hay fecha de inicio de la vacunación al resto de la población.
A pesar de las críticas a los vacunados, no hay consenso entre los juristas si cometieron algún delito o solo una falta ética.
Sin embargo, el asunto amenaza con frenar “el apoyo a Vizcarra (que busca un escaño en el Congreso) y al candidato presidencial Julio Guzmán, del partido centrista de Sagasti, según Benavente.
Con 33 millones, Perú acumula 43.703 fallecidos por covid-19, con 1,23 millones de casos confirmados. /Con información de Europa Press, AFP y EFE