Situada en el ojo del huracán por el retraso en la distribución de las vacunas, Ursula von der Leyen, defiende su estrategia de vacunación, aunque reconoce, por primera vez, que subestimó la complejidad del proceso y las necesidades para una producción rápida en masa. Son lecciones que dice haber aprendido de esta crisis. Lo cuenta en una entrevista concedida a La Vanguardia y un grupo de medios europeos en la quinta planta de Berlaymont, edificio convertido en sede y domicilio.
Visto el retraso en la entrega de dosis, ¿reconoce errores en la creación y la aplicación de la estrategia de vacunas que ha puesto en marcha?
Ahora ya tenemos tres vacunas autorizadas, Pfizer, Moderna y AstraZeneca, que en el verano era el candidato que parecía que ganaría la carrera, y llegarán Johnson&Johnson, CureVac y más tarde Sanofi. Si mira al éxito de la cartera, habla por sí sólo. ¿Dónde está el embotellamiento? Es el aumento de las entregas al principio de la estrategia de vacunación, y aquí, creo que hemos subestimado las complicaciones que afrontamos. Mirando hacia atrás, si pudiera repetir algo, sería explicar a la gente que sí, que avanzamos, pero que va a ser lento, vamos a encontrar problemas, retrasos porque es un procedimiento completamente nuevo.
Lección aprendida: «Deberíamos haber sabido que habría montañas rusas y muchos problemas”
La misma industria entendió que no sería capaz de aumentar tan rápidamente su capacidad. Por lo que me llega de las farmacéuticas, tiene que ver con la cadena de suministros, porque cada vacuna parece competir con las demás en las distintas cadenas de suministros.
Seleccionamos a las empresas adecuadas, con tres ya suministrando vacunas y otras que vendrán. Fue una buena elección. Respecto a la priorización de los trabajadores sanitarios, los mayores y los vulnerables, también es la buena elección, y la mantendremos.
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En la rapidez de entrega y la predictibilidad de respetar los contratos, ahí hemos aprendido una lección, que era demasiado estático, que creímos que cada semana las entregas se cumplirían. Deberíamos haber sabido antes que un procedimiento nuevo no arrancaría sin montañas rusas ni muchos problemas, problemas al inicio hasta que se estabilice el proceso.
Si pudiera volver atrás, ¿qué cambiaría?
Mirando hacia atrás y mirando hacia delante, tenemos que pensar en paralelo en la producción en masa. La industria consiguió la vacuna mucho antes que lo esperado, y esto es bueno. Pero acelerar la producción, establecer nuevas cadenas de suministro con antelación, la industria me dijo que una vacuna necesita de media unos 400 componentes, esto podría haberse hecho con antelación. El hecho de que la ciencia haya avanzado a la industria es bueno, pero todos hemos aprendido que la producción en masa y la aceleración es una tarea enorme y donde tenemos que estar mejor preparados para el futuro.
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¿Estos retrasos ponen en riesgo su credibilidad como presidenta de la Comisión Europea?
Creo que debemos recapitular qué entregas y qué logros hemos conseguido cuando se termine todo el proceso, porque es importante ver lo que hemos hecho. Quiero recordarle que nos encargaron esta tarea en junio, el primer contrato con AstraZeneca ser firmó en agosto. Le puedo decir que había cien empresas e instituciones solicitando participar en el proyecto de la Comisión Europea, que reducimos a una cartera de seis. Fue una apuesta, pero fue la buena apuesta, porque tenemos ahora tres vacunas ya autorizadas y otras que vienen. /Con información de AlbertoNews