Las fuertes protestas del sábado en Guatemala acabaron con casi 40 detenidos tras ser aplacadas por la policía, cuya represión dejó decenas de heridos, uno de ellos de gravedad, en una crisis política por la aprobación del presupuesto en el Congreso.
El ministro de Gobernación, Gendri Reyes, reportó que hubo 37 detenidos durante los disturbios, en los que un grupo de manifestantes irrumpió en el Palacio Legislativo y prendió fuego a parte del edificio. Reyes catalogó de “terroristas” a los manifestantes y respaldó el accionar policial, sin hacer referencia a los gases lacrimógenos lanzados por los agentes.
Por su parte, la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos había reportado 42 detenidos. “Una fuente del Ministerio Público asegura que hay una orden superior de imputar delitos más graves a los detenidos. Han ordenado no dar medidas sustitutivas. Buscan juzgarles a todos por atentado, a pesar que no han podido individualizar a las personas que ingresaron al Congreso”, denunció la periodista Francelia Solano
“Yo iba caminando y me agarraron. No he hecho nada, tengo mi derecho constitucional de huelga”, alegó un manifestante.
En cuanto a los heridos, los cuerpos de socorro han advertido que al menos media docena de personas han sido atendidas por heridas, además de docenas afectadas por los gases lacrimógenos sin que se registraran fallecidos en los incidentes, aunque la información divulgada por las autoridades aún es preliminar. Según la Procuraduría de Derechos Humanos, uno de los heridos perdió un ojo y otro estaba siendo intervenido en la cabeza por tener hemorragia cerebral y para tratar de rescatarle un ojo.
Los incidentes se registraron en el marco de una masiva convocatoria para manifestarse este sábado en contra de Giammattei y el Congreso guatemalteco tras la aprobación el pasado miércoles del presupuesto del Estado para 2021.
Dicho presupuesto ha sido descrito como “opaco” por expertos tras avalarse de madrugada, sin que los 160 diputados tuvieran acceso al mismo y con amplias reducciones para temas sanitarios y de derechos humanos.
La manifestación estaba convocada para un par de horas después del mediodía frente al Palacio Nacional de la Cultura, sede del Gobierno ubicada en el centro de la Ciudad de Guatemala.
Sin embargo, minutos antes, a aproximadamente un kilómetro de distancia, en el Congreso, cientos de encapuchados tomaron las instalaciones del Parlamento y prendieron fuego a varias oficinas hasta ser desalojados por fuerzas de seguridad y cuerpos de bomberos, que apagaron el incendio.
Los manifestantes rompieron la puerta de ingreso al Parlamento y también las ventanas, lanzando antorchas de fuego al interior y avanzando para destruir las instalaciones. Muchos de ellos se llevaron inmobiliario del lugar e incluso algunos enseñaron bebidas alcohólicas que eran guardadas dentro del hemiciclo.
Los diputados no se encontraban en el Congreso y las autoridades no han divulgado detalles específicos sobre los daños causados tanto por el fuego como por los manifestantes.
En paralelo, la manifestación principal con 10.000 personas expresó su rechazo a Giammattei frente al Palacio Nacional de la Cultura, pero después de varias horas fue disuelta con gases lacrimógenos por parte de la Policía Nacional Civil.
“Estamos cansados de la corrupción. No podemos más”, le dijo a Efe una de las manifestantes, Luisa Rivera, quien se acercó al centro de la Ciudad de Guatemala motivada por buscar “cambios”.
La manifestación se realizó de forma pacífica y sin incidentes en un principio, pero al final de la tarde fue disuelta por gases lacrimógenos lanzados por la Policía Nacional Civil.
El viernes por la noche, después de que Giammattei avalara nuevamente el presupuesto, su vicepresidente, Guillermo Castillo, aseguró en rueda de prensa que el país no se encuentra “bien” e instó a Giammattei a renunciar ambos para “oxigenar” a la nación centroamericana.
El Congreso, en su mayoría integrado por el oficialismo y partidos afines, aprobó esta semana un presupuesto de casi 12.800 millones de dólares, un 25% más abultado que el de este año.
La mayoría de los fondos están dirigidos a infraestructuras con el sector privado y no prevé aumentos en las partidas de salud ni de educación, ni tampoco en las destinadas a combatir la pobreza y la desnutrición infantil.
El 59,3% de la población de casi 17 millones de habitantes de Guatemala vive en la pobreza y la desnutrición infantil afecta a casi el 50% de los niños menores de cinco años. Con información de AFP, Europa Press y EFE