El nuevo misil balístico intercontinental de Kim Jong-un, apodado “monstruo” por los especialistas, podría tener un gran impacto, pero solo si sobrevive el tiempo suficiente para que Corea del Norte lo use.
El sábado pasado, por primera vez en casi tres años, Corea del Norte presentó un nuevo misil balístico intercontinental (ICBM) de combustible líquido aún más grande de los ya probados en el año 2017. Kim Jong-un lo mostró y ostentó en un desfile militar realizado en Pyongyang.
El nuevo misil ofrece potencialmente algunas capacidades valiosas; pero las mismas solo podrán ser puestas a prueba si es que sobrevive lo suficiente como para ser usado. Es que el dictador aún no lo ha probado y queda también develar con qué finalidad ha sido construido.
Los grandes misiles propulsados por combustible líquido como el nuevo ICBM pueden transportar más peso, como ojivas más grandes o incluso múltiples, y cubrir distancias mayores, pero no son particularmente resistentes a través del tiempo.
Expertos en armas dijeron a Business Insider que Corea del Norte puede tener la intención de emplear un enfoque más arriesgado, pero potencialmente de mayor supervivencia, para desplegar y operar este nuevo misil.
Corea del Norte probó su primer misil balístico intercontinental, el Hwasong-14, dos veces en julio del 2017. En noviembre de ese año, probó el Hwasong-15, que es aún más grande. Diferentes analistas aseveraron que estos misiles disparados desde vehículos y propulsados con combustible líquido reforzaron significativamente las capacidades de ataque de largo alcance y la disuasión nuclear de Corea del Norte, afirmando que el Hwasong-14 podría llegar hasta la costa oeste, mientras que el Hwasong-15 podría teóricamente apuntar a todo el territorio continental de Estados Unidos.
Según los analistas, la nueva arma estaría entre los misiles móviles y de combustible líquido más grandes del mundo. Melissa Hanham, subdirectora de Open Nuclear Network, definió al misil como un “monstruo”.
Su gran tamaño ofrece la posibilidad de una ojiva más grande con un mayor rendimiento explosivo, aumentando el poder destructivo y reduciendo las demandas de mayor precisión. También abre la puerta a múltiples ojivas, con las que Corea del Norte podría intentar abrumar los sistemas de defensa antimisiles de Estados Unidos. Pero estas capacidades mejoradas solo importan realmente si sobrevive el tiempo suficiente para que los norcoreanos lo pongan en el aire.
Tanto Rusia como China han demostrado, en el desarrollo de sus respectivos arsenales, que los misiles de combustible sólido son definitivamente la mejor opción.
Con los misiles de combustible sólido, “no tienes que cargar los misiles antes de usarlos. En general, son mucho más seguros para operar”, dijo a Insider Ankit Panda, integrante del Programa de Política Nuclear de Fondo Carnegie para La Paz Internacional.
“Los misiles de combustible líquido -en cambio- utilizan propulsores hipergólicos que explotan espontáneamente si el oxidante y el combustible entran en contacto, por lo que tratar con eso en una crisis, cuando las tripulaciones están potencialmente agotadas, es algo con lo que la mayoría de los Estados nucleares simplemente no quieren lidiar”, señaló Panda.
Si bien los misiles de combustible sólido podrían desplegarse y dispararse con poca o ninguna advertencia, un gran misil de combustible líquido como el nuevo misil de Corea del Norte requeriría más preparación y mucho más tiempo expuesto a amenazas potenciales.
Para que Corea del Norte despliegue y opere de forma segura su gran misil de combustible líquido, que debe ser cargado y transportado en un enorme vehículo lanzador de 11 ejes, necesitaría el apoyo de personal militar adicional, camiones de combustible y posiblemente incluso hasta una grúa para ayudar a erigir el misil, concluyó Hanham, agregando que todo ese equipo y personal crearía una “forma visible muy grande” para cualquiera que busque el misil.
Además, una vez montado, alimentar el misil podría llevar horas. “Esa es una ventana enorme para la prevención con las capacidades convencionales de ataque de largo alcance que Estados Unidos tendría disponible”, dijo Panda.
La principal ventaja que ofrece un misil de combustible líquido es que puede llevar más peso, como ojivas más grandes o múltiples, y más lejos, pero a costa de una mayor vulnerabilidad.
“El misil ofrece la oportunidad de lanzar múltiples ojivas y posiblemente ayudas de penetración al territorio continental de Estados Unidos. Pero es más fácil de rastrear y más fácil de atacar de forma preventiva”, dijo Hanham a Insider.
Xu Tianran, analista de Open Nuclear Network afirmó que Kim Jong-un, debería estar muy feliz con el Hwasong-15 y no estar invirtiendo más en misiles de combustible líquido.
China, por ejemplo, almacena sus misiles balísticos intercontinentales DF-4 de combustible líquido más antiguos, que entraron en servicio en la década de 1970 y de tamaño similar al nuevo misil balístico intercontinental de Corea del Norte, en túneles bajo las montañas de todo el país. Si China los lanzara, los desplegaría, los erigiría y los dispararía justo fuera del túnel.
Corea del Norte podría adoptar un enfoque similar, pero en su lugar los cargaría horizontalmente antes de erigirlos, asumiendo que hacerlo no pondría demasiado la operación en riesgo, aseveraron varios los expertos.
Desde el punto de vista de la seguridad, “no es aconsejable alimentar un misil antes de erigirlo“, explicó Hanham, “pero es algo que los norcoreanos podrían optar por hacer para aumentar la velocidad con la que podrían lanzar”.
Durante el desfile militar del fin de semana pasado, Corea del Norte también mostró cuatro nuevos misiles balísticos intercontinentales, indicando que podría construir más si así lo decidiese, y esparcirlos por todo el país. Habrá que preguntarse si Estados Unidos logrará encontrar todos a tiempo.
El nuevo misil balístico intercontinental funciona como un “recordatorio de que los norcoreanos continúan perfeccionando cualitativamente sus capacidades de misiles”, a pesar de los esfuerzos de Estados Unidos por frenar su progreso.
Por último, el hecho de que Corea del Norte no haya exhibido un misil balístico intercontinental de combustible sólido no significa que no esté trabajando en uno. No hay que descartar armas de mayor potencia ya que es sabido que ningún país devela sus mejores secretos al enemigo. /Con información de Infobae