Economistas coinciden en que este hecho genera más incertidumbre de la que ya había sobre el país. Modificar esta percepción sobre el Perú como destino de inversión demoraría hasta más de 12 meses.
Pedro Cateriano se presentó el lunes para exponer los ejes de su gestión. Sin embargo, transcurridas alrededor de 20 horas, el Parlamento le negó la confianza con 54 votos en contra, 34 abstenciones y solo 37 a favor.
A primeras horas de este martes 4 de agosto, el Congreso de la República optó por negarle el voto de confianza al gabinete ministerial liderado por Pedro Cateriano, quien asumió el cargo hace 20 días, en un contexto de crisis sanitaria-económica por el brote del coronavirus.
Cateriano se presentó el lunes para exponer los ejes de su gestión. Sin embargo, transcurridas alrededor de 20 horas, el Parlamento le negó la confianza con 54 votos en contra, 34 abstenciones y solo 37 a favor. Los motivos que impulsaron a los legisladores a tomar esta decisión aún no es clara, pero el hecho de que habrán consecuencias en la economía sí lo son.
Enzo Defilippi, exviceministro de Economía y Noelia Bernal, profesora de economía de la Universidad del Pacífico, coincidieron al señalar que este hecho genera más incertidumbre de la que ya había sobre el país.
“Lo que provoca es un desincentivo a la inversión privada. [Este hecho] ocurre justamente en un momento en que la economía está más golpeada que nunca. Es una irresponsabilidad por parte del Congreso y está claramente ligada a la defensa de los intereses personales de los congresistas, en particular, sobre universidades”, refirió Defilippi.
En tanto, Bernal detalló que es un reflejo de la descoordinación y la falta de voluntad de diálogo entre ambos poderes del Estado.
“Este hecho genera más incertidumbre y ninguna economía se recupera bajo esta condición. A ningún peruano le hace bien no tener un presidente de Consejo de Ministros y su respectivo equipo”, mencionó.
Respecto a los próximos meses, Defilippi observó una “intención de asegurar que la precariedad actual de la situación económica perdure” hasta después del cambio de representantes en el Ejecutivo y Legislativo.
Esto, debido a que, por ejemplo, los efectos de la pandemia y la contracción del consumo ya reducían los incentivos para atraer inversionistas, pero ahora esta sensación se profundiza.
“A los efectos de la pandemia hay que sumarle el pésimo manejo del gobierno y ahora también las acciones del Congreso que han desatado un populismo que espanta la inversión”, refirió Defilippi.
Bernal también coincidió en que es “muy difícil” atraer inversión extranjera en el corto plazo, pero indicó que la principal preocupación del Gobierno debe enfocarse sobre los locales, que dinamizan en mayor grado el mercado laboral.
“Más que los extranjeros, me preocupa los inversionistas locales. Son los pequeños empresarios los que generan la mayor cantidad de puestos de trabajo. Un caso es el de las personas que estaban planeando expandir su local. Ahora ya no lo van a ser porque no saben qué va a pasar en los próximos meses. Por lo contrario, van a cerrar sus negocios. Me preocupa la falta de señal a los pequeños empresarios para reactivarse”, remarcó Bernal.
En esta línea, la académica añadió que -sin importar los nuevos rostros en el gabinete que reemplace al de Cateriano- si no se profundiza en medidas para contener el virus, económica y laborales el resultado sería el mismo.
Mientras que Defilippi estimó que la sensación de inestabilidad no cambiaría hasta semanas después de julio del 2021, es decir, luego de conocerse el nuevo presidente y congresistas.
“Lo que va a ser cualquier inversionista es esperar los resultados de las elecciones. Pero, de hecho, lo que está quedando demostrado es que resulta extremadamente difícil invertir en el largo plazo porque en cualquier momento el gobierno o el legislativo te cambian las reglas del juego”, subrayó. /Con información de El Comercio