El candidato oficialista Gonzalo Castillo reconoció su derrota tras recibir el 37,33 % de los votos.
El opositor Luis Abinader es el virtual ganador de las elecciones presidenciales de la República Dominicana, celebradas este domingo. Significaría en el primer cambio del partido en el poder que verá el país caribeño desde 2004.
Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM), obtenía el 53,05 % de los votos y una ventaja de 16 puntos sobre el segundo. El candidato oficialista Gonzalo Castillo reconoció su derrota tras recibir el 37,33 % de los votos, con el 32,33 % del escrutinio completado..
El PRM organizó una fiesta en su comando de campaña para celebrar los resultados provisionales, que también le conceden al partido opositor el control del Senado, hasta ahora en manos del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Con el escrutinio avanzado a cerca del 35 % al filo de la medianoche, Castillo reconoció que los resultados eran “irreversibles” y felicitó a Abinader, un rico empresario de 52 años, por su “merecido triunfo”.
Esta supondría la primera alternancia en el partido gubernamental desde 2004 y un gran varapalo para el PLD, formación que controlaba el Parlamento y llevaba cuatro mandatos seguidos al frente del Ejecutivo, primero con Leonel Fernández y luego con Danilo Medina.
Fernández abandonó el PLD el pasado octubre denunciando un fraude en las primarias de ese partido, en las que salió victorioso Castillo. Entonces fundó la Fuerza del Pueblo (FP) con el propósito declarado de desalojar del poder a su antigua formación.
El escrutinio concede, hasta ahora, un escuálido 8,6 % al tres veces presidente dominicano.
El vuelco no supone un cambio de color en términos ideológicos, puesto que tanto el PLD como el PRM son en origen de centroizquierda. Pero en la práctica ambas formaciones amoldan sus políticas a la coyuntura.
En cualquier caso, Luis Abinader promete modernizar el Estado y combatir la corrupción, la impunidad y el clientelismo, prácticas que atribuye al PLD y que han contribuido a desgastar la imagen del partido gubernamental, a pesar de la buena marcha de la economía en los últimos años. /Con información de CaraotaDigital