La defensa del cabecilla terrorista logra que un juez le dé trámite a su hábeas corpus. La Marina tendrá que realizar informe detallado de cómo se protege al senderista ante la pandemia.
A inicios de mayo, la sala mixta de emergencia del Poder Judicial aceptó un hábeas corpus presentado por el abogado del terrorista Abimael Guzmán, cabecilla de Sendero Luminoso (SL).
En su razonamiento, los magistrados indican que “la Marina comunicó que personal de su institución se encuentra infectado con el COVID-19, siendo en efecto que la custodia del establecimiento penal donde se encuentra el beneficiado (Abimael Guzmán) está a cargo del personal de la MGP”.
Para la sala integrada por Segismundo Velasco, Victoria Montoya y Marco Lizárraga, habría una posibilidad de que el personal infectado de la Marina de Guerra del Perú esté en la Base Naval del Callao, donde el terrorista cumple cadena perpetua. Cabe anotar que la institución naval no ha confirmado ningún caso positivo de COVID-19 en el centro carcelario.
A partir de una interpretación, el último domingo el juez de turno penal supernumerario Ángel Romaní le solicitó a la MGP un informe detallado sobre las condiciones carcelarias del cabecilla de Sendero Luminoso.
El 24 de mayo, el magistrado le dirigió una carta al director del centro de reclusión de la Base Naval para informarle que admitió a trámite un hábeas corpus y solicitarle que le reporte sobre el estado de salud de Guzmán y sobre las medidas que se han tomado para que la pandemia del coronavirus no afecte su salud. El recurso fue presentado por el abogado y dirigente del Movadef, movimiento de fachada de Sendero Luminoso (SL), Alfredo Crespo.
“…se informe si al interno se le está brindando la atención que requiere por ser un adulto mayor y por las enfermedades preexistentes que podría tener (…) si se le brinda alimentación adecuada respecto a su condición física”, escribe el juez Romaní.
Fuentes del Poder Judicial señalan que si el terrorista Abimael Guzmán llega a contraer el COVID-19, sí se le podría trasladar a una celda en el expenal San Jorge en donde se ha habilitado un centro de atención de salud para los condenados.
Es importante destacar que en la Base Naval del Callao solo hay 10 internos. El cabecilla de SL cumple su pena en una celda aislada del resto. Por lo que, lo dice en otra parte del documento que da trámite al hábeas corpus el Poder Judicial, “no existirían elementos para avizorar una amenaza cierta e inminente de que se contagie del COVID-19”.
Las huestes de Abimael Guzmán, que pululan en las redes sociales, creen que el terrorista es un preso político y han venido exigiendo en reiteradas ocasiones su liberación. Estos jóvenes incautos acceden a las publicaciones senderistas en Internet para comprarse la idea de que el criminal está encarcelado en “un centro de tortura”.
Pero la realidad es otra. Guzmán, cabecilla de una organización genocida, vive en un penal militar donde no existe hacinamiento.
Pedro Yaranga, investigador en temas de terrorismo, señaló a Perú21 que “el Partido Comunista del Perú (PCP) no baja la guardia. Siempre aprovecha todo espacio. Guzmán está mejor que en su casa. La Marina tendría que suspenderle las visitas. Así (Guzmán) estará más protegido”.
“¿A qué juega el Poder Judicial? ¿Qué le hemos hecho los peruanos para merecer una posibilidad de tener a Guzmán en su casa?”, dijo el exintegrante del GEIN José Luis Gil. /Con información de Perú22