Con las playas abiertas hasta hace 10 días, el largo feriado de la primavera, un 20% de población anciana y mucha gente sin seguro de salud se combinan para que el estado —y en particular Miami y su área de influencia— sea un foco potencialmente grave del COVID-19
El 2 de marzo se reportaron dos casos del nuevo coronavirus en la Florida, según cifras oficiales. El 7 de marzo se sumaron cinco. El 12 se agregaron 19; dos días más tarde, 65. El 18 se informó sobre otros 112; el 21, otros 200; el 22, otros 250. Al 25 de marzo los casos habían llegado a 1.682, con 22 muertes.
Mientras la magnitud de la pandemia del COVID-19 en los Estados Unidos hizo que el país superase en casos a España y se ubicara tercero, detrás de China y de Italia, en el ranking global, como muestran las mediciones de la Universidad Johns Hopkins, hay diferencias entre los estados. Aquellos golpeados primero, como Washington y California, tomaron medidas duras; otros, como Nueva York, que tiene la ciudad más grande el país, con 8,5 millones de personas (actualmente el foco principal de la enfermedad con más de 30.000 casos), implementaron además una política de análisis muy activa. Pero otros, como Louisiana, que actuó gradualmente y ha realizado muy pocos tests, se enfrentan a un futuro cercano difícil.
“Aumentan las preocupaciones de que la Florida y los Estados Unidos puedan emerger como epicentro del coronavirus”, advirtió el periódico local Sun-Sentinel al informar que el 24 de marzo el estado tenía más del doble de casos que cuatro días antes. La mayoría se concentraba en el sur de la Florida —los condados de Miami-Dade, Broward y West Palm Beach— una zona de gran actividad turística que, además, recibió hace poco su oleada anual de jóvenes durante las vacaciones de primavera. Como no cumplían con las medidas de distanciamiento social, finalmente Miami Beach decidió cerrar sus accesos a las playas.
Muchos municipios han ordenado a sus ciudadanos que se queden en sus casas, pero a nivel estatal sólo está en vigencia la indicación de distancia social. Dada esa medida, Covid Act Now hizo una proyección según la cual hacia la última semana de abril se superará la capacidad de los hospitales, con un pico que llegaría a quintuplicar la cantidad de camas necesarias a mediados de mayo. “Para evitar la sobrecarga del hospital, se debe implementar que la gente se quede en sus casas entre el 17 y el 22 de abril”, agregó el sitio.
Sin acciones de ninguna clase, la cantidad de muertes podría llegar a 428.000 en tres meses; con distanciamiento social, a 320.000. En cambio, la cuarentena de los floridianos reduciría la estimación a 5.000 muertes, según el mismo modelo de Covid Act Now, creado por un equipo de científicos, ingenieros, epidemiólogos y funcionarios de salud pública.
En comparación, si el estado de Nueva York no hubiera tomado medidas, la saturación de los hospitales hubiera sucedido el 3 de abril y la cantidad de muertos en tres meses habría sido de 388.000 personas. Dada la densidad poblacional de la ciudad de Nueva York, que concentra casi la mitad de los habitantes del estado, el impacto de la cuarentena generalizada, que es lo que ha impuesto el gobernador Andrew Cuomo, reduce las muertes de manera notable, pero la cifra sigue siendo impresionante: 38.000 personas, se estima.
Pero el gobernador Ron DeSantis se ha negado a pedirle a sus ciudadanos que se queden en sus casas; aunque sí solicitó al presidente Donald Trump la declaración del “estado de desastre” para la Florida, lo cual le permitiría acceder a recursos federales para afrontar la crisis, se ha manifestado en contra de la cuarentena generalizada. El miércoles su pedido fue escuchado y el presidente aprobó la designación.
“Algunas personas creen que un gobernador debería ser un dictador y ordenar que todos sean encarcelados en sus casas”, dijo. “No creo que sea un enfoque efectivo. Esas medidas draconianas podrían causar otros problemas de salud pública, desde el suicidio hasta el abuso de menores”.
Pero a pesar de la incertidumbre, siguió el periódico local, “proyecciones sombrías muestran que el costo del virus podría ser mucho peor en el estado”, en comparación con otros, a medida que los Estados Unidos crecen en casos, y el país concentra ya el 40% de todos los nuevos que se identifican en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. “Se podrían saturar los hospitales y se necesitarían restricciones radicales en la vida cotidiana durante meses en lugar de semanas, lo cual infligiría un trauma aun mayor a la economía de la Florida, ya herida, basada en el turismo”.
Si bien el estado es de los mejores en la respuesta a la gripe tradicional, eso no se puede proyectar al caso del COVID-19; más bien, al contrario, podría ser un factor negativo ya que se debe a que la Florida tiene el mayor porcentaje, 20,5%, de habitantes de más de 65 años de todos los estados. Con casi 22 millones de personas, eso implica que tiene una población especialmente vulnerable al nuevo coronavirus de 4,5 millones de personas.
Por ahora, con las playas, los hoteles, los restaurantes, los bares, los clubs y hasta los parques de Disney y Universal Studios cerrados, además de comercios que no sean imprescindibles en varios condados (como Miami–Dade) y solicitudes de quedarse en casa de varios municipios (como Miami Beach), una preocupación de DeSantis son los viajeros desde Nueva York, a los que solicitó una cuarentena voluntaria de 14 días. /Infobae