En la nación persa el número de fallecidos llegó a ocho este domingo, después de que el régimen acusara a la prensa extranjera de promover “miedo” infundado para evitar la participación en las elecciones del viernes.
El Ministerio de Salud iraní anunció este domingo que la cifra de fallecidos por el coronavirus ha aumentado a ocho y la de contagiados a 43 y que las escuelas y universidades han sido cerradas en diez provincias. Así, Irán se convierte así en el país con mayor cantidad de víctimas mortales por la epidemia fuera de China.
El portavoz de Salud, Kianush Yahanpur, informó de que entre los casos revisados desde ayer se han identificado otras quince personas contagiadas de COVID-19, siete de ellas en Qom, cuatro en Teherán, dos en Gilán, una en Markazí y una Mazandarán.
De estas personas contagiadas, tres personas han perdido la vida, elevando a ocho los muertos en Irán, señaló el portavoz, citado por la agencia oficial IRNA.
Yahanpur no precisó en qué provincias se han registrado los fallecimientos pero poco antes el director de la Universidad de Ciencias Médicas de Mazandarán, Abas Musaví, dijo que un ciudadano procedente de Teherán pereció en la localidad de Tonekabon.
Por su parte, después de que el Ministerio de Salud diera ayer su balance diario, el gobernador de la provincia de Markazi, Alí Aqazadeh, dijo que un hombre con problemas cardíacos fallecido en la región dio positivo en coronavirus. Para evitar la propagación de la enfermedad, las autoridades han cerrado de forma temporal las escuelas en varias provincias, incluidas Teherán, Qom y Gilán.
Además, según informó el portavoz del Ministerio de Salud, las universidades de diez regiones, incluidas asimismo Isfahán, Mazandarán y Markazí, permanecerán clausuradas toda la semana. También han sido canceladas actividades multitudinarias como conciertos, se están desinfectando los medios de transporte público y se han colocado carteles en las calles con consejos para prevenir los contagios.
El avance del virus dejó sin piso las acusaciones del ayatollah Ali Khamenei, líder supremo iraní, quien aseguró que se utilizó “propaganda” enemiga para exagerar la amenaza de la cepa en el país e intentar disuadir a la gente de ir a votar en las elecciones parlamentarias de hace dos días. Las autoridades no han revelado los datos de participación de los comicios.
Una baja asistencia a las urnas podría apuntar a un descontento generalizado con los gobernantes religiosos del país y el sistema que dirigen. Las autoridades suelen publicar las cifras de participación al día siguiente de las elecciones.
En las calles, se aprecia un mayor número de gente que se protege con mascarillas y usa desinfectante, dos productos que se han agotado en muchas farmacias y cuyo precio se ha disparado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestó hace dos días su preocupación por el avance de la enfermedad COVID-19 en Irán e indicó que está investigando “la extensión de la epidemia, sus medios de transmisión y el potencial para que haya nuevos casos en los próximos días”.
Algunos países vecinos como Irak, Turquía o Kuwait han tomado una serie de medidas para evitar el contagio desde Irán como la suspensión de vuelos, la prohibición de entrada a ciudadanos iraníes o la petición un comprobante médico. /Infobae