La izquierda venezolana representada por el chavismo aseguró que hasta tres países colaboraron con la etnia pemón para asaltar una sede castrense en el estado Bolívar. Los detenidos denunciaron torturas y en el hecho murió un soldado.
Tanto Brasil como Perú negaron este lunes las acusaciones del régimen de Nicolás Maduro sobre una presunta colaboración en el ataque del domingo a un destacamento militar del sur de Venezuela.
La dictadura chavista, en un comunicado que confirmó la muerte de un soldado, acusó a varios países vecinos. Según el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, los atacantes fueron “entrenados en Colombia”, recibieron “colaboración artera del gobierno de Jair Bolsonaro” y tienen “su base de operaciones en Perú”.
Además, acusó al Grupo de Lima de orquestar el ataque. “Desde Perú entran por Colombia y reciben apoyo también en Brasil. Es una estrategia golpista de triangulación de gobiernos del Cartel de Lima para producir violencia, muerte y desestabilización política en Venezuela”, tuiteó Jorge Arreaza.
En respuesta, la Cancillería de Brasil emitió un breve comunicado en el que “niega cualquier participación en el episodio”, sin ofrecer más detalles sobre su postura.
Por su parte, el ministro de Exteriores peruano, Gustavo Meza-Cuadra, expresó: “Rechazamos las falsas expresiones de Jorge Arreaza, en las que pretende vincular al Perú y al Grupo de Lima con acciones de violencia ocurridas en Venezuela”.
Además, el canciller defendió el compromiso de Perú “con una solución pacífica a la crisis en este hermano país, que permita el retorno de la democracia y el fin del ilegal régimen de Maduro”.
El ataque se produjo en la Gran Sabana, una de las principales zonas turísticas del país petrolero, en el minero estado Bolívar (sur), fronterizo con Brasil. /Infobae