El mandatario boliviano y su vicepresidente, Álvaro García Linera, dimitieron en medio de masivas protestas y motines policiales en su contra. Esta mañana, cercado por el informe de la OEA que confirmó el fraude en la primera vuelta electoral, el líder izquierdista había convocado a repetir los comicios. Su vice, Álvaro García Linera también dejó su cargo.
Cercado, Evo Morales finalmente renunció. Es que las manifestaciones contra el presidente boliviano continúan en ascenso este domingo en las calles del país, a pesar de que esta mañana convocó a nuevas elecciones tras un informe de la OEA que reveló “irregularidades” en los comicios de octubre.
La decisión fue anunciada después de que el comandante general de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, y el de la Policía Nacional, Vladimir Calderón, le soliciten que dé un paso al costado para desactivar la crisis política y social.
“He decidido, escuchando a mis compañeros (…), a la iglesia católica, renunciar a mi cargo de la presidencia”, declaró. “La lucha no termina acá”, advirtió con la voz entrecortada por momentos, para insistir en su denuncia de un “golpe cívico, político y policial” instigado por “grupos oligárquicos que conspiran contra de democracia”.
Morales aseguró que estará en un futuro en el trópico de Cochabamba, la zona de Bolivia desde la que inició su carrera política, tras una serie de rumores sobre su salida del país.“No tengo por qué escapar”, declaró Morales, porque “no he robado nada”.
Antes del anuncio, el presidente boliviano tomó un vuelo desde El Alto (La Paz) hacia Cochabamba, su bastión y cuna política, acompañado del vicepresidente Álvaro García Linera, quien también renunció a su cargo.
Morales explicó que su decisión fue tomada “para que (Carlos) Mesa y (Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a mis hermanos, dirigentes sindicales”, en referencia a ataques sufridos por funcionarios del oficialismo. Por ello, instó a los líderes opositores a reducir la violencia que azota a gran parte del territorio nacional.
“No nos moveremos de las calles hasta que el dictador, el asesino se vaya de Palacio”, advertía antes de conocerse la noticia la ex candidata boliviana Ruth Nina, que preside una asociación de esposas de policías, en las puertas de un cuartel de La Paz, donde se hallan amotinados desde el sábado decenas de uniformados. Un policía ataviado con una máscara negra corrobora lo dicho por Nina y anuncia que junto con centenares de jóvenes continuarán en las protestas contra Morales.
Los policías alzados y los manifestantes civiles se encuentran custodiando la Plaza de Armas, donde está la Casa de Gobierno, para evitar el ingreso de fuerzas campesinas leales a Morales. Morales no controla la policía desde el viernes, cuando comenzaron.
Luis Fernando Camacho encabeza las protestas y una multitudinaria caravana de opositores que llegan a La Paz desde todo el país. El ex candidato Carlos Mesa también había llamado a movilizaciones “mientras no exista una resolución final a este proceso”, el pueblo se mantenga movilizada
Las protestas en Bolivia se desataron después de las elecciones presidenciales del 20 de octubre en la que Morales obtuvo su cuarto mandato tras un polémico conteo de votos. La oposición consideró fraudulentos estos comicios. En Santa Cruz (este), donde incubó la protesta contra Morales, los manifestantes se mantenían en las puertas de los cuarteles policiales, pidiendo la renuncia de Morales, que temprano llamó a la pacificación del país tras la anulación de las elecciones. /Infobae