Con Alberto Fernández de gira en España, el sector más radicalizado vinculado a la expresidente sale a marcar la cancha en Buenos Aires.
Con la discusión electoral prácticamente terminada y un Alberto Fernández que ya sacó una ventaja casi irreversible, la lucha política argentina parece estar en otro lado: dentro del bando triunfador. Allí, el candidato a presidente del Frente de Todos hace gala de su moderación e insiste que no tiene en su cabeza un modelo chavista, pero tiene serios problemas dentro de su frente interno. Desde el kirchnerismo duro ya le marcan la cancha y advierten con la necesidad de una reforma agraria que termine con el «pecado original» de la distribución de tierras de finales del Siglo XIX.
Apenas Fernández ponía un pie en Madrid, donde brindará unas clases universitarias sobre comunicación política y se reunirá con Pedro Sánchez en el Palacio de la Moncloa, el kirchnerismo había vuelto a encender las alarmas en Argentina con una propuesta retrógrada y violatoria del derecho de propiedad. Juan Grabois, dirigente de la «Confederación de Trabajadores de la Economía Popular», y hombre cercano a Cristina Kirchner y al papa Francisco, resaltó la necesidad de una profunda reforma agraria para terminar con el país que «supuestamente vive del campo», pero que tiene poca gente viviendo en las zonas agrarias.
«Nosotros estamos absolutamente convencidos de que sin una reforma agraria y una distribución de la población en el territorio, la Argentina es inviable. Es ridículo que tengamos un país agrario sin una población agraria. Un país campesino sin campesinos». Con alguna cautela, más allá de lo delirante de la propuesta, Grabois hizo referencia clara al «nosotros» al que hace cuestión. El dirigente kirchnerista aclaró: «No hay un consenso dentro del Frente de Todos pero sí hay un fuerte consenso dentro de los movimientos sociales y populares».
Con esas palabras dejó todo en claro. Comienza una preocupante disputa dentro del neoperonismo que va evidenciando dos cuestiones claves: Por un lado, Alberto Fernández no tendría ninguna locura en mente (por algo le marcan la cancha antes de las elecciones), pero deberá enfrentar un complicado panorama interno donde muchos dirigentes propios sí. Probablemente lo más preocupante de todo esto es que las listas de legisladores del «Frente de Todos» fueron diseñadas exclusivamente por la expresidente.
«Hay que avanzar con una reforma agraria, que implica necesariamente la redistribución de la tierra. Esto indica que no pueden haber en la Argentina terratenientes. Nadie puede tener más de 5 mil hectáreas. Esas extensiones de tierra son injustas y no pueden ser posibles en este país», señaló Grabois. Para el dirigente kirchnerista, la gente que vive de rentas agropecuarias goza de una especie de «beca de por vida» que debe ser terminada.
Aunque ni Alberto ni Cristina hayan dicho nada al respecto, es claro lo que piensan. Él debe estar preocupado, pero no está en condiciones de fuerza para enfrentar al kirchnerismo, que es su único sostén (al menos hasta llegar al poder). Ella, aunque no sea por cuestiones ideológicas ni mucho menos, mira tranquila como su tropa le marca la cancha al candidato a presidente, que podría convertirse en rival en cualquier momento.
Luis Etchevere, ministro de Argicultura de Mauricio Macri y dirigente agropecuario, salió al cruce de Grabois y manifestó que su propuesta es tan mala «que hasta el comunismo la dejó de lado». El funcionario del oficialismo también advirtió que el sistema que propone el kirchnerismo «fracasó» y «dañó seriamente la economía de muchos países». /PanamPost